miércoles, 3 de junio de 2020

'La inmigración y mi familia' por Alirio Pérez Mogollón


He estado dedicado a escribir durante los meses que van del 2020 y siento que debo detenerme un momento en el camino trazado inicialmente (referido a   relatos,  anécdotas y comentarios) para hacer público y reconocer, como en efecto lo hago, un hecho familiar de particular significación.  En el período Presidencial de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958), a través de su denominada política de puertas abiertas”  y apertura al capital extranjero, los cuales tenían el propósito de continuar la modernización e industrialización del País, el Estado venezolano ejerció atracción de la inmigración extranjera, especialmente compuesta por italianos, portugueses y españoles.

Este importante acontecimiento se fundamentó en gran parte en dos factores determinantes. Primero,  se disponía  de ingresos extraordinarios  de dinero por concepto  del producto generado por concesiones petroleas y de hierro y segundo factor: Las repercusiones de la segunda guerra mundial (1939-1945) con sus consecuencias de escasez  de oportunidades de  trabajo en los países de origen de los inmigrantes. Además, en este sentido, se promulgó  la Ley de Naturalización (1955). Esto generó el desarrollo  de importantes actividades en diversas áreas (construcción, agricultura, industrias, comercio, etc.) con  participación de extranjeros y  nacionales.

La explicación precedente, sin ningún atisbo de interpretación política, la presento  a manera de preámbulo, para  ubicar el hecho particular muy significativo: La gestación de muchas familias en Venezuela y particularmente de mi familia. En ese contingente de extranjeros vinieron a este País quien sería después mi esposa María, y sus parientes. De origen italiano (Sicilia), de apellidos Lo Presti Gentile, se establecieron en el Tocuyo, Estado Lara, y se dedicaron a la actividad  comercial. La  intensidad y forma de trabajar se fue haciendo notoria.  Con el transcurso del tiempo se fueron desarrollando hechos y lazos de familiaridad  con los nacionales.

Se dio la circunstancia de  las dos familias, la mía, Pérez Mogollón y  la de María, Lo Presti Gentile (estos últimos desde su arribo) han estado radicadas en El Tocuyo, Estado, Lara. Mi padre se levantaba todos los días de madrugada y a las 5:00 ya estaba vendiendo,  al detal, leche,  frutas, etc. para obtener los ingresos y así cubrir principalmente las necesidades del hogar. La familia Lo Presti Gentile era uno de sus clientes en  la compra de la leche. A las 10:00 de la mañana, aproximadamente, mi padre terminaba su trabajo y de regreso casi siempre pasaba por casa de la familia Lo Presti Gentile y era  frecuente la conversación matinal entre ellos, y en ocasiones mi padre desayunaba ahí.  Todo esto cimentó una buena amistad y  después facilitó mi  participación en  diligencias que hicieron posible la inscripción de María en la  Escuela de Educación de la Universidad de Los Andes, le gestionara  su ubicación en una residencia respetuosa y apropiada, y quedé comprometido a estar pendiente de cualquier necesidad relacionada con sus estudios.

Para no alargar este relato, yo decidí inscribirme en la misma Escuela de Educación. Y, ¿Quién se iba a imaginar? A los seis meses después de la inscripción de ambos en la Universidad,  viajamos a El Tocuyo, María y yo y les manifestamos a nuestros padres la intención y disposición de contraer matrimonio; y esa fue una soberana sorpresa e inimaginable noticia para las dos familias. Ya repuestos de la súbita emoción, los dos padres, las dos madres, María y yo, acordamos las fechas y demás pormenores. Los hermanos de María y otros  participaron en la organización del evento.

Todo se efectuó, como estaba planificado. La boda se realizó con la asistencia entusiasta de los parientes de ambas familias y demás invitados. Actualmente decimos, siempre que se hable de una esposa con  bellas virtudes  entre las cuales sobresalen: Excelente hija, madre, abuela, suegra  consuegra, mujer completa y ejemplar, amorosa, trabajadora, responsable, extraordinaria administradora del hogar y tantas otras integridades, siempre vendrá  a nuestras mentes y  corazones el nombre de María. A  ella le atribuimos una gran parte de lo que somos y en general, todos los integrantes de la familia Lo Presti Gentile comparten un concepto muy solidario y particular de lo que es un hogar, un matrimonio, un apoyo oportuno a cualquier necesidad que se presente: Son rasgos que los caracterizan.

Tuvimos tres hijos cuyas respectivas historias he venido escribiendo y publicaré estos días.

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