domingo, 23 de septiembre de 2018

Sonido y furia originales


El escritor estadounidense William Faulkner gana el premio Nobel de literatura, en un tiempo en el cual dicho galardón tenía una importancia social incuestionable. Su obra, El sonido y la furia, es el libro de su autoría que de alguna manera deja claro su carácter trascendente y universal. Esa condición de abrir camino en torno a una manera particular de ver las cosas es lo que lo hace un pionero que ha de tener discípulos y su estilo habrá de ser potencialmente imitado, repetido, calcado o interpretado.

William Faulkner influye profundamente en lo que habría de ser el boom latinoamericano, particularmente en la creación artística de dos titanes como lo son: Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Faulkner elabora toda una red de entramados y de personajes que hacen vida en el fantástico condado ficticio de Yoknapataupha (Macondo para García Márquez), al noreste del Misisipi. Al revisar la capacidad de influencia que un creador tiene en otros, nos lleva al siempre interesante asunto de la originalidad.

En relación a los enredos del pensamiento, en el mejor de los casos, un griego lo asomó, lo prefiguró o claramente lo escribió. En asuntos que tienen que ver con la creatividad, se podría decir que, si bien lo original de manera radical no existe, cada intérprete o autor tiene una manera particular de tratar los mismos asuntos. De ahí que, en una eterna apuesta a la creación, cada vez que aparece un artista que nos sorprende, es por lo que pone de sí en la obra, que en realidad es una repetición de los mismos asuntos, pero asumidos desde el mundo personalísimo de cada intérprete.

Cuando me han señalado el carácter personal de cualquier intento de presentar mi propia interpretación de las cosas, no puede ser de otra manera que precisamente por ser personal que puede llegar a tener algún valor. Se valora por consenso lo sesgado, precisamente por su carácter tendiente a lo único.

Cuando el arte colectivista africano, de carácter repetitivo y grupal, es interpretado por Pablo Picasso, se transforma en arte individual, porque se le está dando otra mirada a lo que repetidamente está siendo observado por muchos. Esta otra o nueva mirada es precisamente la esencia del arte occidental tal como lo conocemos.

Abrumado de poca originalidad, la autenticidad de cada propuesta estética está enriquecida por lo que cada intérprete tenga a bien poner de sí mismo a lo que otros ya han tratado de reproducir. Viéndolo de esta manera, se es original en la medida que se tenga un estilo, lo cual tiene que ver estrictamente con la persona, la manera como preconcibe las cosas y el poder desarrollar una forma de ser que destaque por hallarse alejada de la corriente que arrastra al más absoluto anonimato.

La música es claro ejemplo de cómo, ante la ausencia de poder crear letras o melodías originales, la fusión o mezcolanza de los más disímiles estilos, termina por imponerse como un aporte original a la cultura. El rococó musical es motivo de deleite e inspiración para las generaciones que se van sucediendo una tras otra, cada vez con aparente mayor velocidad.

A veces, cansado de mirar y no ver nada, entra un hombre en el vagón del metro vestido como Elvis Presley. La mayoría de los presentes ni siquiera saben de quién se trata el hombre que es imitado, sin embargo, los aplausos suceden uno tras otro ante la inminencia de lo trascendente. El acto creativo suele volar disparado en función de futuro cada vez que es capaz de impresionar al que se le acerca. Nicolás Maquiavelo debe ser repetido hasta el fin de los tiempos porque no existe otra forma de ejecutar el arte de las artes sino como lo dejó claro el florentino.

Sonido y furia siempre ha existido y seguirá habiendo. La representación de este fenómeno, condimentada por lo más conspicuo de lo humano es lo que permite su perpetuidad. Una clara muestra de que es precisamente lo más subjetivo del hombre y lo más local de lo universal, lo que tiene el valor de ser catalogado como original. Sonido y furia habrá cada vez que aparezca un nuevo poema, porque, entre otras razones, el motivo que inspira cada poema es uno solo e irrepetible. Cada mujer distinta en torno a cada poema, lo hace inédito a rabiar. Cada beso de cada historia de amor tiene el carácter absoluto que lo da el instante y las circunstancias que lo circundan.

Cada baile, de cada fiesta, de cada melodía que lo inspira, de cada uno de los danzantes, es, aunque no nos demos cuenta, un número en la infinita sumatoria de eventos de los cuales, sin dudas, habrá uno o más de uno que posiblemente tendrá un carácter de mayor valoración que cualquier otro.

Esa es una lucha en la cual muchos han dejado hasta la vida. La búsqueda de ese carácter especial, de esa tesitura pocas veces vista y de esa manera de interpretar, forma el genio de la civilización, la piedra angular de los problemas y resoluciones humanas y la gran ruta para ascender a lo mejor de nuestra especie.



Publicado en el diario El Universal de Venezuela el 04 de septiembre de 2018.

Las sombras del talento


Embelesado por la genialidad, que va a la par con la creatividad, no puedo dejar de impresionarme cada vez que tengo la posibilidad de contemplar lo que a todas luces se encuentra por encima de lo mediano. De ahí que las dimensiones creativas son generadoras de una admiración de mi parte que no se compara con ninguna otra forma de maravillar.

Lo creativo se agradece, por ser lo más excelso de lo humano, porque compete a todos los ámbitos de la cultura y porque genera un debate y una contraposición de puntos de vista que es consustancial con los enredos que con frecuencia tiende a provocar todo aquello que trata de vencer al tedio e imponerse por encima de lo mortuorio, lo insulso, lo empobrecedor y a la amarilla envidia.

La sensibilidad, encauzada en creatividad, es siempre la eterna morisqueta de quien se siente poseedor de ciertas condiciones que lo hace de sobremanera distinto al común de las personas. Ese atrevimiento tiene que ver con vanidad, sin la cual no existiría trascendencia humana posible. La materialización de lo trascendente suele ser un asunto de egos generosos y autoconfianza imprescindible, que, por el simple hecho de existir, pone en tela de juicio la existencia del otro y lo desenmascara, mostrando lo contrahecho de lo carencial. Ese desvelamiento hace que se conjuguen las más negativas fuerzas que se van alineando como dardos envenenados contra aquel que se aleje un tanto de las líneas de seguridad que las sociedades van creando para confinar al individuo y minimizar su posibilidad de ascender por sus virtudes.

En un juego de equilibrios de luz, no puede faltar lo noctámbulo de la vida, más cuando ésta trata de mostrarse en su versión más iluminada. Crece por carencia quien destruye lo talentoso, que precisamente por ser alto, jamás podrá acceder quien desde el alma de la chusma trata de compararse con quien necesariamente se proyectará más allá del tiempo. Es una condición tan fatua como repetitiva.

Escritores vilipendiados, poetas caricaturizados, músicos víctimas de los más afinados tipos de burla, pintores e ilustradores casi perseguidos por ser incomprendidos, científicos a los cuales se les mira con ensañamiento, políticos a los cuales se les desea que caigan en desgracia como si fuera el fin último de muchas personas, figuras públicas que pagan el precio del reconocimiento social con sangre y horrores, son solo algunos ejemplos de lo que le ocurre a quienes tienen el atrevimiento de exponerse ante el vulgo que nunca ha ido y venido en el curso de la historia, sino que siempre ha estado ahí, incólume, esperando con su espíritu carroñero el poder devorar los restos de cualquier cadáver al que consideren insepulto.

Es un eterno ir y venir de gente caída en desgracia, autodestrucciones finalmente consumadas, disparos en la oscuridad de una habitación solitaria, diálogos internos que no acaban nunca, en un derroche de energía que trata de impedir que la mediocridad se imponga por encima de cualquier forma de talento. La infinita lucha entre los pocos que brillan y los muchos que han sido una sombra, siguen siendo una sombra y el futuro no les depara otra condición que la falta de luminosidad eterna.

Lo que debe extrañar, en realidad, es la ausencia de ensañamiento frente a lo talentoso. Cada vez que un ser humano destaca por sus dones, de alguna manera pone al descubierto al que se encuentra en una posición perenne de minusvalía. Cuando un apocado de virtudes se ve reflejado en el espejo de sus propias carencias, trata de equilibrase, rabiosamente, embistiendo contra quien vale por su propio peso.

Denostar de los grandes hombres ha sido una especie de circularidad argumentativa que va de la mano con lo mediocre, que a fin de cuentas es lo populachero, lo que se conduce en masa y apuesta por el colectivismo como única manera de derrotar a los talentos individuales. Es la historia de la humanidad, forma parte de las maneras en las cuales se orienta lo civilizatorio, va de la mano con la tradición del ser humano y es el asidero de una y mil historias permanentemente circundantes.

El talento hiere de manera mortífera al mediocre, lo pone al descubierto y por cada logro de una persona con peso, se desvanece cada nanómetro de inferioridad que es a fin de cuentas la esencia de la masa.

Necesariamente, el talento va de la mano con la sombra, tal como quien sale de paseo en un día soleado. Uno implica el otro y en esa especie de equilibrio desmedido en el cual el individuo intenta imponerse a la mediocridad, se le va la vida a mucha gente, en especial a quienes deben tratar de dar pataletas defensivas ante tanto atorado que desnudo en su miseria, no acepta la opacidad que le embraga frente a quien tiende a irradiar un tanto de luz.

El pensamiento es temerario, pero darlo a conocer ya es un acto de fe. Sin la respectiva seguridad en lo que se hace, la duda, que tanto embarga a aquello que tiende a destacar, se puede salir con la suya.



Publicado en el diario El Universal de Venezuela el 28 de agosto de 2018. 


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Frases y pensamientos de Alirio Pérez Lo Presti

Don Freddy Ríos ha tenido la generosidad de elaborar imágenes con textos de mi autoría. Aquí algunas de ellas. Mi agradecimiento a @doserre