domingo, 16 de agosto de 2020

Star Wars y Freud


Sigmund Freud es una de figuras que más ha condicionado la manera de entender al ser humano y sus vínculos con la cultura universal. Se puede estar de acuerdo o no con su legado. Lo cierto es que forma parte de la manera en que nos comunicamos cada día, incluyendo las expresiones coloquiales.

En mi libro Psicología. Lecturas para educadores (Consejo de Publicaciones de la ULA. Reimpresión 2015), expongo mi posición en relación con las potenciales críticas que desde lo epistémico se pueden hacer al psicoanálisis. Pocas obras han generado tanto escándalo, polémica, rechazo y seguidores profundamente convencidos, como las tesis del médico y filósofo Sigmund Freud.

Lo “psicodinámico” ya venía sembrado en la civilización desde la existencia del mito, lo cual nos precede porque se encuentra inserto en la cultura desde que en la misma surge lo “fantástico”. Además de que es vislumbrado, entre otros, por filósofos relativamente recientes como Arthur Shopenhauer y Friedrich Nietzsche. De hecho, el mismo Freud señala que muchos de sus aportes ya habían sido prefigurados incluso en la cultura popular, como bien aclara al primer volumen de La interpretación de los sueños, un ícono gráfico representativo de los más relevantes textos escritos en la historia de la humanidad.

Es tanta la influencia del psicoanálisis en nuestra vida cotidiana, que se habla de aquello que hacemos o decimos “sin querer queriendo”, además de que es profusa la relación que establecemos cuando señalamos que a veces hacemos o pensamos en cosas que se encuentran ajenas a la razón, siendo el mundo “inconsciente” una representación que con frecuencia evocamos, incluso con mayor convicción que cualquier capítulo de “historiografía” con la cual se nos intenta hacer comprender el por qué y el sinsentido aparente de las cosas.

De todos los aportes y señalamientos hacia quien ha sido denominado el padre de la psicología moderna, sin dudas que el que más controversia genera, entre otros motivos,  por elementos de carácter epistemológico, es precisamente la tesis del Complejo de Edipo, en la cual se apela a la tradición mitológica para explicar una determinada propensión (pulsión) que según Freud determina la estructura de nuestra forma de vincularnos con los demás y de aceptarnos (o no), con toda la psicopatología que habría de acompañar al bípedo que de manera torpe ha intentado y sigue intentando dominar la naturaleza.

No podía escapar a una de las producciones cinematográficas que más dinero ha generado en la historia de la industria del denominado “séptimo arte”, el épico final en donde el hijo y el padre se enfrentan en combate mortal, Luke Skywalker derrotado en desigual contienda por su padre biológico Darth Vader, en clara representación de la dimensión “edípica” de confrontación y eterna vinculación de amor y odio entre padres e hijos, que incluso en las aparentemente banales películas de Hollywood, así como en las telenovelas latinoamericanas, aparece y reaparece con el consiguiente impacto que lo mítico garantiza.


Desde El derecho de nacer, en la cual el joven doctor Albertico Limonta decide donar su propia sangre a Don Rafael, quien quería su muerte para evitar una vergüenza en la familia, hasta Star Wars, el asunto de enfrentamientos con elementos de carácter parricida y filicida, es una constante que hace su aparición con una frecuencia que no sólo es seductora sino que es incomparablemente escandalosa.

Para Freud es la idea de incesto-envidia, el elemento clave, determinante, que condiciona, marca y fija la visión del mundo para cada uno de los que en buena lid lograron o no pudieron cerrar el ciclo vital en donde lo edípico hace su aparición.

Edipo Rey de Sófocles, junto con Medea de Eurípides, constituye los mitos más severos de lo que se conoce como la “tragedia griega”.

Desde lo freudiano se ratifica que los hombres no somos capaces de entender la realidad que vivimos, porque no somos conscientes de ella, como no lo fue Edipo, quien en su esplendor como rey de Tebas y esposo de Yocasta, trata de conseguir un remedio contra la enfermedad” que asola a la ciudad. Al investigar la muerte del rey anterior (Layo) descubre la verdad: Edipo es el asesino que él mismo busca, Layo era su padre y esposo de Yocasta, quien es al mismo tiempo su actual esposa y madre. Yocasta se suicida y Edipo se ciega como castigo.

En Star Wars o en El derecho de nacer, cuando la relación de extrema tirantez hacia lo que representa la figura parental hace su aparición, quedamos deslumbrados como espectadores de un “teatro” que en realidad forma parte de la vida y de nuestros más profundos temores y rechazos que han estado vinculados con la civilización, no sólo desde lo mitológico, sino desde el seno del más tradicional pensamiento occidental, sea para refutarlo por abominable o para aceptarlo como una fuerza que se relaciona con el destino, que al parecer de muchos, luce inexorable.

 

 

 

Publicado en el libro de mi autoría Para todos y para ninguno y otros ensayos. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. 2015.

 


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