domingo, 1 de febrero de 2015

El experimento siniestro


En nuestra nación, el rechazo al experimento aumenta conforme pasa al tiempo, pues somos mayoría quienes deseamos una dirigencia responsable y un futuro mejor. Durante quince años, desde el aparato de poder se ha hecho uso y abuso de uno de los discursos más violentos de la historia occidental, sólo superado por aquellos que se han escuchado en el marco de grandes confrontaciones bélicas que marcaron a la humanidad. El asunto en Venezuela es más complicado aun de lo que ha ocurrido en otras latitudes, por tratarse de la versión más anacrónica de la fórmula, que ha demostrado ser fatídica y fallida al ser aplicada en otros lugares.

Al ser una sociedad carencial desde el punto de vista afectivo e intelectual, el proyecto político propiciado a través del fallecido Presidente anterior se basó en el manejo de un relato en el cual sólo cabía la posibilidad de ser un ciudadano de uno u otro bando. Este discurso extemporáneo, dicotómico, divisionista y efectivo, llevó de inmediato a la confrontación entre pares que todavía no hemos logrado superar del todo. Se basa en la repetida y falsa premisa “si no estás conmigo, estás contra mí”.

El origen de esta técnica de confrontación tan efectista es en realidad la resurrección del método ortodoxo marxista de fomentar la lucha entre ciudadanos. En plena Revolución Industrial, y aplastado por unas condiciones laborales y sociales infrahumanas, el brillante académico Karl Marx desarrolla la tesis de fomentar la pugna entre habitantes. Lo hace asentado en tesis inherentes al positivismo que acompaña a las ciencias naturales del siglo XIX, pero en particular basado en los trabajos de Charles Darwin.

Karl Marx genialmente da vueltas a la idea darwiniana y propone la lucha de clases como método para imponer una nueva sociedad. Al ser método y ser acto, es por lo tanto una acción de carácter política. En Venezuela estamos viviendo elementos inherentes al “pragmatismo ortodoxo marxista” con los resultados que se han obtenido cada vez que la fórmula se aplica. La materialización de este procedimiento se le suele denominar “socialismo real” y constituye una receta.

Son muchas las consecuencias previstas e imprevistas de todo este experimento social que estamos viviendo. Señalaré sólo algunas, a manera de ejemplo, porque todavía hay quienes piensan que el actual modelo está desvinculado con el marxismo.

1) Cada una de las veces que el socialismo real ha sido aplicado, es llevado de la mano por las fuerzas militares. Militarismo y socialismo real han ido siempre juntos. Es imposible uno sin el otro, porque es lo que impide la sublevación ciudadana.

2) La creación de milicias, fuerzas paramilitares (en Venezuela se les llama “colectivos”) siempre han sido un elemento de control social que permite la perpetuación del socialismo real. Puede terminar siendo un arma de doble filo al escapar del control del estamento militar, lo cual ya ha pasado en nuestro país (históricamente existen antecedentes de que esto ya ha ocurrido en otras sociedades).

3) El cercenamiento de las libertades individuales lleva a la censura y a la autocensura. El padecer una persecución de carácter político tal vez sea de las peores calamidades humanas. La disidencia atemorizada es más fácil de controlar.

4) Por ser una estructura de poder autocrática centralizada, la división de los poderes públicos no tiene cabida. En nuestra nación da lo mismo el poder ejecutivo que el judicial. Sin división y autonomía de los poderes no existe un sistema democrático. Por esta razón nuestro sistema de gobierno está reñido de los sistemas republicanos, aunque siga habiendo elecciones. Todavía no hemos entrado en el siglo XXI.

5) La autocrítica forma parte de estrategia porque permite dilatar las tensiones de los “militantes”. Cuando existen voces disidentes dentro del “proceso”, son aisladas del sistema, se les estigmatiza y reprende. En los estados de carácter autocrático, como el nuestro, es frecuente la aparición de cartas señalando mea culpa y otras recetas parecidas. Por otro lado, las críticas de los demócratas (fuerzas que se oponen al socialismo real) siempre son incómodas y amedrentadas.

6) Es imprescindible aplicar castigos a algunas figuras de poder. Lo contrario lleva al caos del propio sistema. Las ocasionales acusaciones de corrupción son metódicamente aplicadas para lavar la cara del régimen.  Son sacrificados y sacados de juego. En ocasiones por un tiempo, otras veces para siempre.

7) Como el modelo es inviable, el discurso requiere en ocasiones flexibilizarse de manara falaz, en aras de seguir manteniendo el control de la vida de los ciudadanos. Crear y amparar las esperanzas para mantener la ilusión sembrada.

A pesar de todo, seguimos siendo un pueblo solidario, amistoso, festivo y con tendencia a ser fraternos. Lo esperanzador es que hasta ahora, a pesar de todo lo vivido, no hemos dejado de ser venezolanos, lo cual lleva a pensar que es un socialismo “a la venezolana”, haciendo que la atmósfera que lo circunda tenga un carácter de “festividad tragicómica” que lo concibe distante de la forma como lo han vivido otros pueblos. Aquí ha corrido la sangre, pero paradójicamente sigue habiendo fiesta. En otros confines donde el experimento se ha llevado a cabo, la fiesta no lo ha acompañado.


Twitter: @perezlopresti




2 comentarios:

  1. "La Utopía, es una obra que describe un futuro estado feliz de la humanidad, en el que cada persona tiene satisfechas sus necesidades y existe un gobierno benévolo que provee de todo lo necesario (o bien el gobierno ha desaparecido absolutamente, tras resultar innecesario). El nombre procede de la obra homónima de Tomás Moro (que viene del griego u topos, ningún lugar)…"

    "La Distopía, por contraposición a la «utopía», es una obra en la que se describe una sociedad opresiva y cerrada sobre sí misma, generalmente bajo el control de un gobierno autoritario, pero que es presentada a los ciudadanos de a pie como una utopía."

    En Venezuela, este tipo de "experimento social", se ha convertido, como siempre, en una verdadera "distopía" impregnada de "tragi-comedia", típico de una sociedad que vive en un realismo-fantástico. Obviamente, el despertar de la sociedad no se hace esperar. Es difícil ocultar lo "siniestro".

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  2. Es tan "receta" es éste tipo de experimento, que solo vasta con recordar un poco ésta "historia fabulada", para observarlo.

    http://www.youtube.com/watch?v=onk6N3JkQDo



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