Pocos se percatan de lo insólito, de las maravillas que bullen semiescondidas en la vida cotidiana. Alirio Pérez Lo Presti, amigo desde los tiempos universitarios, descubre en Para todos y para ninguno y otros ensayos (Consejo de Publicaciones de la
Universidad de los Andes, 2015) que tal sentencia exige una labor de aguda
observación y espíritu de búsqueda detectivesca. A propósito de su último
libro, la cualidad fundamental que a mi juicio lo atraviesa es justamente el
rastreo de tales sorpresas bañadas de sombra, además de exaltar la belleza (la
belleza de lo hermoso y la belleza de lo feo) oculta hasta debajo de las
piedras.
Llego a la oficina de MRW en Altavista y ahí está, embutido en su bolsa azul y blanca, con la dedicatoria de rigor y el perfume entrañable de la tinta y el papel recién pasados por el horno. Dividido en cuatro partes (arte, ocio, polis y (con)parte), Pérez Lo Presti juega duro, apunta alto: meterle el ojo al día a día buscándole cinco patas a los gatos, arrancarle el velo de la abulia, del bostezo, de lo inamovible al reloj que pareciera transcurrir como si nada. Hasta en la quietud engañosa con pie de intrascendencia existe un rostro oculto que nos escudriña y nos pone enfrente ciertas cosas. Alirio Pérez Lo Presti lo trasiega, le saca filo hasta a una roca. Sin duda sabe hurgar en el patio.
"Se crean realidades-mentiras que son actos literarios. Se erigen mundos reales-ficticios que terminan por ser más convincentes que las cosas que nos rodean", escribe en algún momento, para rematar contándonos que "el escritor auténtico es por antonomasia un crítico social y en general la historia de la literatura es precisamente un cuestionamiento permanente a la sociedad y sus múltiples miserias". Nada menos: la rebeldía como punta de lanza en función de señalar el pus donde se encuentre, pasados por el cedazo de lo literario. Tales son apenas dos botones a manera de muestra insuficiente en función del follaje de propuestas, de ideas punzopenetrantes que el autor nos echa en cara a lo largo de doscientas treinta y siete páginas sin desperdicio.
Desde su condición de psiquiatra y como
filósofo Pérez Lo Presti alumbra -lo he sugerido ya- zonas de la cotidianidad
sumidas en la penumbra, exactamente por la razón sencilla de que solemos obviar
lo que a fuerza de tanto estar ahí termina por aplastarnos las narices.
Literatura e ideas, literatura y filosofía al ritmo de la calle, del café de la
esquina, del cine o la política, del viaje que hicimos en las vacaciones
anteriores, del amor platónico que quizás vivimos siendo adolescentes. Imagine
usted lo demás.Llego a la oficina de MRW en Altavista y ahí está, embutido en su bolsa azul y blanca, con la dedicatoria de rigor y el perfume entrañable de la tinta y el papel recién pasados por el horno. Dividido en cuatro partes (arte, ocio, polis y (con)parte), Pérez Lo Presti juega duro, apunta alto: meterle el ojo al día a día buscándole cinco patas a los gatos, arrancarle el velo de la abulia, del bostezo, de lo inamovible al reloj que pareciera transcurrir como si nada. Hasta en la quietud engañosa con pie de intrascendencia existe un rostro oculto que nos escudriña y nos pone enfrente ciertas cosas. Alirio Pérez Lo Presti lo trasiega, le saca filo hasta a una roca. Sin duda sabe hurgar en el patio.
"Se crean realidades-mentiras que son actos literarios. Se erigen mundos reales-ficticios que terminan por ser más convincentes que las cosas que nos rodean", escribe en algún momento, para rematar contándonos que "el escritor auténtico es por antonomasia un crítico social y en general la historia de la literatura es precisamente un cuestionamiento permanente a la sociedad y sus múltiples miserias". Nada menos: la rebeldía como punta de lanza en función de señalar el pus donde se encuentre, pasados por el cedazo de lo literario. Tales son apenas dos botones a manera de muestra insuficiente en función del follaje de propuestas, de ideas punzopenetrantes que el autor nos echa en cara a lo largo de doscientas treinta y siete páginas sin desperdicio.
Leamos lo que nuestro autor echa al ruedo en otro
ensayo: "Al mezclar la idea (y la praxis) de crear apego hacia figuras
representativas de poder (afecto por carencia) con exaltación de lucha entre
conciudadanos, se da el fenómeno que ha ocurrido en Venezuela. Surge un padre
que sensiblemente suple los vacíos emocionales de todo un colectivo y se le
empareja con la premisa de que existen pares hostiles a los cuales hay que
adversar. Estas dos proposiciones de origen darwiniano explican gran parte del
fenómeno social que ha ocurrido en los últimos quince años en Venezuela". De ahí al gendarme necesario hay pocos pasos, no faltaba más.
Como último ejemplo, en otra página encontramos: "El escritor está fragmentado en su esencia como individuo. Por una parte está vinculado con la inexorable realidad, pero por otra está confinado al mundo paralelo y fantasioso de quien se plantea lo cotidiano como potencial escenario para ser trasgredido y poder ser convertido en literatura". Y eso, con justicia, es lo que ha hecho Pérez Lo Presti en este libro.
Enhorabuena.
Texto de ROGER VILAIN publicado en el diario El Universal de
Venezuela el 21 de agosto de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario