En
el recientemente realizado Congreso Venezolano de Psiquiatría desarrollado en
la ciudad de Caracas los días 13,14 y 15 del mes de noviembre, tuve el
privilegio de dictar la conferencia: “Armando Rojas Guardia. El dios de la
Intemperie”. El interés por este escritor venezolano por parte de una comunidad
científica surge de una larga relación entre psiquis y filosofía, lo cual en
Rojas Guardia va más allá, por el hecho de que hay algunos elementos inseparables
a la ¿transgresión? que están presentes en su obra.
Existen
tres condiciones de gran interés que destacan en el texto El dios de la intemperie, las cuales nos llevan a concluir que su
obra y su persona se encuentran ligadas intrínsecamente con la labor de la
psiquiatría que razona y propende a dar frutos. Estos tres elementos se hallan
vinculados con lo que pudiésemos llamar la condición “marginal” (y marginada)
universal del ser humano.
El
primero es la enfermedad mental, percibida como condición que ubica al
individuo en un plano que induce temor a “los otros”. Mezcla de miedo y
compasión, que de no ser por las habilidades intelectuales o el poder económico
de quien presenta una estructura psicopatológica, estaría condenado al
ostracismo inherente a lo sociocultural. No es la visión expuesta por Foucault
en la Historia de la locura en la época
clásica. Se trata de un escritor que le dedica su libro a su psiquiatra
tratante, quien no sólo es un “personaje”, sino que existe una genuina amabilidad
de Rojas por quien es un terapeuta reconocido con quien ha vivido la
experiencia del “acompasamiento” propio del al acto médico, especialmente
psicoterapéutico. Contrario a muchos textos antipsiquiatras, en esta obra Rojas
muestra gentileza por el oficio de los terapeutas, siendo notable el valor y
respeto que les adjudica.
Lo
segundo que plantea Rojas Guardia es la condición homosexual. Elemento que
sigue siendo de marginación social que ubica al individuo en un plano muchas
veces de carácter paralelo que le impide mantener vínculos en común con sus
pares. Debemos sacar cuentas en este punto. Sólo una minoría de la actual
civilización tiene aceptación genuina por la homosexualidad. El no rechazo o
repudio a la misma sólo ocurre en algunas sociedades (predominantemente las que
conocemos como occidentales). Lo homosexual como elemento marginal que hace del
individuo un ser que todavía es visto como diferente y casi contracultural en
muchas latitudes.
Lo
tercero es la condición de “poeta”, la cual es una elaboración de carácter
artístico ajena a la comercialización y al “marketing”, ubicando a quien
cultiva el lirismo en una posición
singular, propia de seres ¿incomprendidos? a quienes la sociedad ubica
al margen, en parte por insensible, por considerarlos inútiles, pero por encima
de todo porque vivimos en una comunidad básicamente ágrafa, en donde la
ignorancia es casi una norma, o peor aún, un elemento necesario para el
“triunfo”.
Rojas
Guardia es un gran poeta y ensayista. Su obra marcha como un espejo que nos
permite intentar entender elementos propios del enmarañado siglo que corre. Es
un talentoso hombre de ideas que se encuentra entre nosotros, produciendo un
legado de gran valor para esta y futuras generaciones. El dios de la Intemperie es un ensayo publicado por primera vez en
el año 1985 reeditado por la ULA a través del destacado médico humanista Osman
Gómez en 2003, existiendo ediciones más recientes.
Obra
de profundo contenido filosófico, enraizada con lo más pedestre del espíritu
humano. En una muestra de erudición propia de un hombre culto, Rojas muestra su
profundo conocimiento filosófico expuesto de manera sencilla, lo cual es
relevante, ya que con frecuencia el ensayo que induce a pensar, puede resultar
de difícil lectura. En Rojas el libro se lee de un solo tirón, característica
que tienen las obras escritas con pulcritud. Si un elemento consiente el
anclaje que deriva en otras ideas, es el sustrato de carácter Nietzscheano que
posee el libro. Nietzsche para entender elementos consustanciales con la moral,
pero particularmente la exaltación de la obra del filósofo alemán que teje un
hilo conductor que determina el ensayo. La idea de Dios, propia a una cultura
de la cual formamos parte, con sus atavismos, primitivismos y desatinos. La
genealogía de la moral que puede ser convincente y dar estructura, o puede
conducir al individuo al nihilismo y lo tormentoso.
La
lectura de Rojas Guardia, con su estilo afable y su límpida prosa, es asidero
para cultivar visiones que nos permiten desarrollar sosiego y tratar de buscar
luces en un siglo complejo. Escritor de siglo XX con proyección inseparable al
corazón del siglo XXI, El dios de la intemperie seguirá dando que hablar
(y pensar) en un país que desde hace rato pareciera necesitar con urgencia de
mayores referentes intelectuales para encontrarse consigo mismo. Para lograr
desde el respeto y la diferencia, transitar los mismos espacios sin atropellar
a los demás.
Publicado en el diario El Universal de Venezuela, el 1 de diciembre de 2014.
Ilustración de Osvaldo Dumont @odumontdibujos
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