domingo, 30 de agosto de 2020

Apuntes autistas y Alberto Fuguet

 


Hace poco terminé de leer el libro Apuntes autistas del escritor chileno Alberto Fuguet, un talentoso escritor, cineasta, escritor-cineasta, que trata de desentrañar a través de este texto, múltiples aspectos atinentes a cuatro actos propios del “buen” (intenso) vivir:

Los viajes, el disfrute del cine, la experiencia de leer y el arte de narrar.

Fuguet nos presenta en el texto Apuntes autistas su vivencia en relación con los viajes. Los mismos lo han convertido en inmigrante que termina reencontrándose con su chile natal. Además, viaja con frecuencia por ser experto en cine, haciéndolo proclive a ser invitado como jurado de eventos, formando parte de la mejor crítica cinematográfica contemporánea.

De la experiencia con el cine surge la inevitable inclinación de volverse un auténtico “cinépata”, que termina haciendo películas, abandonando la inicial crítica escrita sobre tanta y tanta película vista para transformarse en cineasta. La doble visión de crítico y posterior realizador de filmes le da una perspectiva completamente diferente del arte. Una cosa es ver una obra artística y opinar en torno a la misma y otra es ser artista y “arremangarse las mangas” para realizar una película. Son dos visiones muchas veces antagónicas.

Resalta en este texto su gran admiración por el controversial y “escandaloso” Woody Allen (Fuguet le realiza una curiosa entrevista al cineasta norteamericano), surgiendo afirmaciones tajantes en relación a qué ofrece el universo del cine para quien pueda llegar a disfrutarlo. La “oferta” incluye el goce y la reflexión. 

Es valiosa la vinculación que hace Fuguet entre el buen cine y “la familia”. La familia como tema para ser explorado y explotado por lo mejor de la filmografía de todos los tiempos. Este punto en particular me dejó muy impresionado. Creo que es cierto y que el tema “Familia-Cine” no sólo marca la historia de la filmografía sino que de las mejores experiencias de mi vida está la de haber acudido al cine “en familia”.

En relación a las lectura y al acto de leer, el escritor chileno llega a un nivel contagioso de angustia, cuando manifiesta sus ideas en torno al hecho de que los grandes lectores, los lectores de los grandes libros (los agradecidos por el arte literario), están desapareciendo irremediablemente para dar paso  a  un  enjambre  de  personas que persiguen la lectura “fugaz”, sin las ambiciones del que ama con pasión a la palabra escrita.

Son atinadas las afirmaciones sobre Paulo Coelho, así como lo que opina sobre su paisana: Isabel Allende. En lo personal comparto con Fuguet la idea de que Paula es una notable novela. Pienso que es una gran obra literaria, de antología universal, que lastimosamente ha sido opacada por una crítica que no acepta que un buen escritor sea un vendedor de libros como si fuese pan caliente. Isabel Allende será inexorablemente recordada y admirada por Paula. Del resto de su obra se ocupará el tiempo.

Por último, y a la vez inmerso en todo el texto, está el asunto de narrar y de la distinción entre escritor y lector que forma una dupla que casi nunca se conjugan en un solo ser. Si bien necesariamente se es un gran lector para escribir, no debería forzosamente plantearse la idea de escribir a quien le place leer. De hecho, es notable la manera como Fuguet asume el asunto de que los escritores están desfasados de una realidad que no sólo los hace ajenos a lo que los circunscribe, sino que cada vez más, el escritor es un disociado. Este discurso del chileno es propio de quien se dedica a pensar sobre el asunto de escribir. Sin embargo, aunque suene paradójico, no creo que sea de interés para quien escribe. El vínculo con la escritura es un acto inevitable. El escritor se encuentra envenenado por la terrible y demencial atmósfera que embarga a quien se encuentra atado con la palabra.

La literatura es, para quien escribe, su hermano inseparable. Incluso un “monstruo”… pero por encima de todo, un hermano.

 

 

Publicado en el texto de mi autoría Para todos y para ninguno y otros ensayos. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. Mérida. Venezuela. 2015.



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