Vivo
al sur del continente americano. En la parte más sur del sur y todo por
consecuencias políticas. Después del derrocamiento del General Marcos Pérez
Jiménez, en el año 1958, se desarrolla en Venezuela un pacto de gobernabilidad
en la cual tres partidos políticos, Acción Democrática (AD), el Comité de
Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y Unión Republicana
Democrática (URD), se comprometen a establecer un modelo que contemple los
pilares fundamentales de la democracia: La independencia de los poderes
públicos, el voto universal directo y secreto y la alternabilidad en el poder
de quienes vencieran en los comicios, lo cual era una deriva de respetar los
resultados electorales. Así nació la democracia producto del consenso loable
conocido como Pacto de Punto Fijo.
De esa
manera, en Venezuela se crea una democracia con un robusto sistema de partidos
políticos, que permitía que sus ciudadanos pudiesen de manera alternante
aspirar a la posibilidad ocupar cargos públicos y permitir la transformación
del país conforme se plantease la hoja de ruta de quien ganase cada elección.
El sistema llegó a su punto más elevado en el sentido aspiracional cuando, a
finales de la década de los años ochenta del siglo XX, se materializa la
expectativa de elegir gobernadores y alcaldes en las distintas regiones del
país.
Enemigos
de un sistema
Las
democracias siempre están en peligro. La acechan sus enemigos externos y de eso
la historia de Venezuela tiene experiencia. Rómulo Betancourt es el primer
presidente del período democrático que nace con el pacto entre AD, COPEI y URD
y considerado el padre de la democracia moderna en Venezuela. Desde comienzo de
su mandato se ve forzado a defender el sistema de los enemigos más crueles y
oprobiosos. Los demócratas venezolanos se tienen que enfrentar inicialmente con
los tradicionales cultivadores de las tiranías, pero lo que más complica la
estabilidad inicial del sistema es la llegada de Fidel Castro al poder con el
triunfo de la Revolución Cubana. Si no fuese porque en Venezuela se establece
un pacto de gobernabilidad y los partidos políticos gozaban de gran fortaleza,
el comunismo cubano se hubiese apoderado del país.
Para
comprender a Venezuela, se debe contextualizar lo siguiente: Se trata de un
país con amplias riquezas naturales, particularmente artífice de una de las
empresas petroleras de mayor calidad del mundo. Con Petróleos de Venezuela
(PDVSA), se garantizó una renta que permitió una inversión educativa y de
infraestructura que de ninguna otra manera se hubiese logrado. Con una cantidad
tan grande de dinero, producto de la materia prima, no fue difícil que en el
país cundiera la corrupción. A la par, los enemigos del sistema democrático,
destacando como centro de sistema la corruptela, se dan por fin último la
destrucción de la credibilidad de los partidos políticos. Por omisión, los
miembros de los partidos no defendieron los valores democráticos y por acción,
los enemigos de los partidos crearon un clima de percepción de tragedia que no
se correspondía con la realidad. Mucho menos con la realidad que existe en el
segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Es tan grave el deterioro en los
partidos, que el propio cofundador de COPEI, Rafael Caldera, se desliga del
mismo, acaba con sus discípulos, castrándoles la posibilidad de acceder al
poder y asume una segunda presidencia en 1994.
El
tiempo de los mesías
Incapaces
de defender el sistema de partidos, tanto desde el interior como de sus
adversarios externos, se genera una paradójica debilidad partidista a la par de
que las más influyentes figuras de la opinión pública del país apuestan por el
retorno al militarismo como suerte de gran remedio a los reales y ficticios
problemas que la nación tenía, mientras, hasta las telenovelas de un extinto
canal televisivo, RCTV, no se dan tregua para atacar al sistema con todas sus
fuerzas y a través de las más ingeniosas maneras.
Incluso
se llega al extremo de romper con el sentido común al invitar en 1989 a Fidel
Castro a la toma de posesión del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez. 911
intelectuales desquiciados firman un manifiesto en apoyo al controversial
político cubano y poco después de la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez
ocurren actos vandálicos conocidos como El caracazo, que fueron
reprimidos con fuerza. En torno a estos hechos delincuenciales se establece un
falaz discurso que termina por catapultar la idea de que el sistema debía ser
cambiado por otro. No la idea de que debía mejorar, sino que había que
modificarlo de raíz, asunto a todas luces y dadas las pruebas del tiempo no era
una idea inteligente. Es en esa encrucijada de elementos en los que se da el
golpe militar del año 1992 y aparece en la escena pública el Teniente Coronel
Hugo Chávez Frías, con los medios de comunicación del estatus quo avalando día
y noche la necesidad de una ruptura radical con el país que teníamos.