Cuando
el tío Luigi llegó a El Tocuyo, lo primero que se planteó fue cómo sembrar un
viñedo para producir uno de los primeros vinos de su generación en nuestras
tierras. Proveniente del sur de Italia, no podía concebir la vida sin vino.
De sus
primeros años de esfuerzo, logró comprarse unas tierras y plantar su propia
vid. A todos los primos nos daban vino para ir la escuela desde que teníamos
tres años de edad. Así lográbamos sobresalir en los estudios y permanecer
animosos durante las mañanas.
Al más
puro y tradicional estilo griego, durante toda mi infancia y en compañía de mis
familiares, participé semidesnudo y a pie descalzo en la producción del vino.
Creo que algo de experiencia tengo en materia de vinos. Esa tradición ha
permanecido en nuestras costumbres y solemos tomar vino y disfrutarlo a su máxima plenitud.
Hace pocos
días, una destacada periodista me hizo una entrevista para que le hablara sobre
el vino. Un tema que no sólo me apasiona sino que me embriaga de emoción. Me
parece que existe al menos una docena de
razones para tomar vino entre las cuales cabe destacar:
1)
Es un alimento.
2)
Da placer gastronómico.
3)
Es calórico y protege de enfermedades.
4)
Plantea un sentido estético en relación
a la manera de alimentarse y vincularse.
5)
Aumenta la hilaridad del discurso en las
comidas. Se aprende cuando se come.
6)
Símbolo de poder.
7)
La vid. Trabajo del hombre. El viñedo es una
forma de corroborar el derecho a la propiedad privada.
8)
Permite una mayor socialización.
9)
El viñedo es símbolo de buen trabajo. Materializa la idea de calidad.
10)
Es castigo divino, por ser producto del
trabajo. Paradójicamente es placentero. Genera goce.
11)
Mejora el acto amatorio y facilita la
seducción. Es “afrodisíaco”.
12)
Induce la competitividad, dado que el mejor
vino es el propio… fatto in casa.
En fin, un
conjunto de razones para convertirse en un placer como pocos. Recordando
siempre que “LOS PLACERES COMPARTIDOS SON DOBLEMENTE PLACENTEROS”.
El vino calma y alivia el dolor. Su alto contenido en resveratrol, hace que tenga un efecto analgésico similar a la aspirina.
ResponderEliminarAcoto; la transformación del agua en vino (en segundos), primer milagro en la vida pública de Nuestro Señor JesuCristo.
ResponderEliminarConcuerdo que el compartir un placer nos lleva a reaccionar de diferentes maneras: la primera es la emoción si nos preguntan ¿que te gusta hacer? de forma inmediata nuestro rostro cambia marcándose una sonrisa que va de oreja a oreja, segundo se siente la pasión al hablar y se dan datos curiosos para que también sepan lo que se ha descubierto y tercero se pierde la noción del tiempo; agrego que no me gusta el Vino tinto pero si el Vino blanco.
ResponderEliminarBravo!!!!!!
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