Ha sido una
pasión personal haber estudiado y ser profesor de psicología. Interesado por
los grandes aportes de lo más granado del talento humano, no se puede dejar por
fuera a Lev Vygotsky, quien propuso una de las principales alternativas para la
teoría de Jean Piaget y que publicó en la antigua Unión Soviética durante los
decenios 1920-1929 a 1930-1939, pero que no se tradujo al inglés sino hasta
inicios del decenio 1960-1969.
Lev Vygotsky
creía que el desarrollo cognitivo de un niño no ocurre en el vacío social. La
capacidad para pensar y razonar por nosotros, se genera de un proceso
fundamentalmente social. Al nacer, somos seres sociales capaces de interactuar
con los demás, pero con una capacidad limitada para hacer algo, ya sea en
sentido práctico o intelectual. Sin embargo, de manera gradual avanzamos hacia
la autosuficiencia e independencia, y mediante la participación en actividades
sociales, nuestras capacidades se transforman. Para Vygotsky, el desarrollo
cognitivo implica una internalización de los procesos de solución de problemas
que ocurre por la interacción mutua entre los niños y aquellos con quienes
tienen contacto social regular.
Esto es
contrario a la manera en que Piaget veía las cosas, al menos de inicio. La idea
de Piaget del “niño como científico” se remplaza con la idea del “niño como
aprendiz” que adquiere el conocimiento y habilidades de la cultura a través de
la colaboración graduada con aquellos que ya los poseen.
Para
Vygotsky, cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece dos
veces o en dos planos. Primero aparece en el plano social y después en el plano
psicológico.
Con “andamiaje”,
se hace alusión a la función que representan padres, maestros y otras personas,
a través de los cuales los niños adquieren conocimiento y habilidades. A medida
que una tarea se vuelve más familiar para el niño, también aquellos que
proporcionan el andamiaje permiten cada vez más que el niño la realice hasta
que puede ejecutarla.
Las
habilidades cognitivas internalizadas continúan siendo sociales en dos
sentidos. En primer lugar, como aprendices maduros, podemos fungir como
“andamios” para nosotros mismos cuando se trata de tareas difíciles, al igual
que otros alguna vez lo fueron en nuestros primeros intentos. En segundo lugar,
las únicas habilidades practicadas a un nivel más alto de competencia en la
mayoría de las personas son aquellas que les permite su cultura: El potencial
cognitivo puede ser universal, pero la
pericia está culturalmente determinada.
Desde el
decenio 1980-89, la investigación ha destacado la función de la interacción
social en el desarrollo del lenguaje, en especial los efectos facilitadores del
uso del habla contingente al niño por parte de los adultos que dialogan con él.
Como
pronosticaría la teoría de Vygotsky, también existe evidencia de procesos de
andamiaje en contextos naturales, cotidianos. A menudo estos se vinculan con la
transmisión entre generaciones de las habilidades que se consideran
culturalmente valiosas.
La zona de desarrollo proximal define
aquellas funciones que aún no han madurado, pero que están en ese proceso.
Éstas podrían llamarse los “capullos” o
“flores”, más que “frutos” del desarrollo. El nivel de desarrollo en sí
caracteriza el desarrollo mental de manera retrospectiva, mientras que la zona
de desarrollo proximal caracteriza el desarrollo mental de manera.
Para
Vygotsky, la cultura (y en especial el lenguaje) desempeña una función clave en
el desarrollo cognitivo: El desarrollo del individuo no puede entenderse – y de
hecho no ocurre – fuera del contexto de la interacción social.
Definió la
inteligencia como la capacidad de aprender de la instrucción. En lugar de que
los maestros representen un papel facilitador, Vygotsky considera que deberían
guiar a los alumnos a prestar atención,
concentrarse y aprender de manera efectiva. Al hacer esto, proporcionan un andamiaje
para que los niños logren la competencia.
Vygotsky
rechazó cualquier enfoque que postulara el control rígido de los maestros sobre
el aprendizaje de los niños. Más bien, como en el caso de Piaget, lo que
importa es el control de los maestros sobre las actividades de los niños. Loa
maestros exigen y desafían a los niños a ir más allá de lo que hubieran hecho
los menores de algún otro modo.
También
creía en el aprendizaje colaborativo.
Al igual que recibir la ayuda de los maestros, los niños más avanzados son
importantes para ayudar a los niños menos avanzados. En la actualidad, los
educadores creen que el aprendizaje en grupo y la tutoría de compañeros pueden
ofrecer un ambiente efectivo para guiar al niño a través de su zona de desarrollo proximal. Esto puede
deberse a que estos ambientes alientan a los niños a utilizar el lenguaje, dar
explicaciones y trabajar de manera cooperativa o competitiva, lo que ayuda a
producir un cambio cognitivo. Especialmente su legado tiene gran importancia en
los modelos educativos.
Publicado en el diario El Universal de Venezuela el martes 01 de mayo de 2018.
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@perezlopresti
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