En ocasiones me pongo a
pensar en relación a la manera en que nos ven desde otras latitudes y lo
comparo con la manera en que nosotros mismos nos percibimos. Para ciertos
venezolanos es un lugar común hablar mal de su propia patria, de sus
conciudadanos, de sus vínculos culturales y particularmente de sus referentes
humanos. Es una condición lastimosa que identifica y define a muchos.
Por esta sensación de
minusvalía (entre otras razones), se generó una inusitada confrontación tan
estéril como insulsa, entre ciudadanos que compartimos el mismo destino. Se
creó el caldo de cultivo para la proliferación del mesianismo y de las más
anacrónicas ideas con las cuales hemos coexistido. Lo institucional fue
derrotado por la improvisación y el culto al personalismo se instauró en
nuestro medio.
Toda esta situación fue
promovida por élites que de manera irresponsable apostaron por un cambio en el
cual progresivamente las instituciones fueron perdiendo poder frente al culto a
los más extravagantes personajes. En la confrontación, entre lo institucional y
lo personalista ganó la segunda de las opciones. A la par, están quienes sin
dejar de ver lo negativo, apuestan por un país en donde lo normativo sea lo que
impere, cultivan la disciplina del trabajo y cree posible construir una
sociedad de ciudadanos. Como esta segunda posición es cultivada por millones,
el país existe y debería seguir existiendo como República.
Son tiempos que han puesto a
prueba los valores que desde lo individual impiden que la sociedad se
desmorone: La prueba no podía ser más desafiante. Para que cualquier grupo
social funcione, se crean instituciones garantes de que la convivencia entre las
personas fluya de manera natural. Contrario al espíritu que genera el espectro
institucional, el ciudadano de nuestra nación se encuentra inmerso en una
dinámica en la cual el papel de lo asociativo se halla claramente reñido con la
razón de ser del estamento propio de lo normativo. De hecho, vivimos a diario
el enfrentamiento entre el individuo y las instituciones que deberían
protegerlo y no lo hacen.
Lo institucional surge por
la necesidad grupal de permitir la sana convivencia entre los individuos. Lo
reglamentario es una manifestación creada para garantizar la convivencia.
Cuando ello no ocurre, la institucionalidad entra en crisis y sólo la
reconfiguración de la misma permite recuperar
el orden y seguridad en los ciudadanos.
Estamos experimentando
cambios sociales de modo apresurado que obligan el retomar de manera impecable
la urbanidad y las sanas costumbres. En esa serie de cambios, empujados por los
individuos que mantienen a la sociedad en perpetuo movimiento, se deben
redefinir algunas reglas de juego. La primera es que como el ejemplo debe venir
de quienes fungen como figuras de autoridad, desde el punto de vista legal, las
sanciones deben ser implacables cuando un funcionario público se aleja de los
más elementales principios que deben condicionar su manera de conducirse.
Voy a poner algunos ejemplos
concretos de cambios que urgen ser implementados en nuestra nación. Lo que
denominamos “texto constitucional” es para nosotros el conjunto de reglas que
rigen la sociedad. Al contrario de otras latitudes, nuestras leyes no surgen de
las costumbres, sino como necesidad de crear pautas consensuadas de
convivencia. Como las sociedades van cambiando, los criterios que las rigen
deberían ir cambiando a la par. La corrección de las normas del texto legal
considerado como ley superior debería ser modificada con cierta premura para
evitar que volvamos a cometer los mismos errores.
1.Las alianzas de
convivencia política son la esencia de cualquier sociedad. La mayoría de las
naciones tienen una segunda vuelta electoral para garantizar las coaliciones
entre las diferentes maneras de concebir la dinámica social. Urge la
implantación del balotaje (segunda vuelta) electoral particularmente en el caso
de la figura presidencial.
2.El mantenerse en el poder
de manera indefinida inexorablemente corrompe a cualquier estamento. El
principio de “alternabilidad” en el poder debe ser la esencia de cualquier
sociedad democrática. Desde lo legal se debe impedir que exista la perpetuación
de una persona en un cargo público. La elección de carácter indefinida de un
funcionario es contraria al normal desenvolvimiento de una nación.
3.Una de las fallas del
actual texto constitucional es que el período presidencial es muy largo. Más de cinco años en el poder desgasta
y desvirtúa la esencia de la representatividad. Deberían ser cuatro años con la
posibilidad de una sola reelección. Para muestra de ello basta con recordar lo
vivido u ojear en nuestro entorno para precisar cuáles son las naciones con
menos conflictividad.
Tenemos un país con graves flaquezas institucionales.
Si la sociedad no se ha desmoronado es porque millones todavía apostamos por lo
normativo, por lo valorativo; en definitiva, por lo que parece sensato.
Twitter: @perezlopresti
Publicado en el diario El
Universal de Venezuela el 18 de enero de 2016
El hombre es del tamaño de sus sueños, entonces las naciones son del tamaño de la unión de sus hombres.
ResponderEliminarEntonces, según mi pensar Venezuela padece una gran debilidad justo en la unión de sus hombres.
Por lo mismo me gustaría compartir mis ideas acerca de las formas planteadas en el texto para lograr avanzar en pro de la democracia.
Las alianzas son el camino más rápido para evitar una fractura más profunda de la identidad venezolana y por consiguiente una guerra entre iguales. Del mismo modo, las leyes deben adaptarse a los nuevos tiempos y promover una sociedad en donde prevalezca la renovación del hombre por encima del estancamiento del pensar político-institucional. Concerniente a la duración del ejercicio público del poder, es cierto que es un periodo largo y viciado, aun así, espero que haya reflexión sobre el tema y consenso sobre su modificación cuando los asuntos de necesidad inmediata hayan sido resueltos.
En Venezuela, los valores han pasado a segundo o tercer plano, prevalece la confrontación, el personalismo. Los valores son los que permiten que se tomen decisiones correctas y que estas no sean puramente emocionales o analíticas y en este país se han puesto a prueba. Con solo leer un periódico, estar en la vuelta a la esquina, o escuchar la radio, se hace evidente que la sociedad venezolana tiene serios problemas. Muchas personas coinciden en que la gran razón de que se haya descarrilado tanto, es la pérdida de los valores pérdida de valores, principios e institucionalidad. En el alma de algunos venezolanos ya no está el valor por la vida, la responsabilidad, la justicia, la amabilidad, el respeto, la tolerancia, la honestidad, entre otros. La consecuencia de ello es que hemos ingresado a una peligrosa espiral de intimidación, violencia y de malsana convivencia, que cuando un país entra en esa desintegración el primer síntoma es la politización de la justicia, como ha ocurrido en estos últimos tiempos.
ResponderEliminarDebe recuperarse los valores extraviados y deben proponer maneras para hacerlo. Además que hay aún muchas personas que piensan que respetando normas y valorando lo que tenemos, todo cambiará para bienestar de la colectividad.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNuestro país Venezuela necesita personas que permitan enfrentar dificultades y vencerlas, en que se respeten y escuchen las opiniones de cada persona, se necesita una Venezuela UNIDA con un lenguaje amoroso de reconocimiento de la esencia del ser, recordando que la esencia del ser es imagen y semejanza de Dios. Un lenguaje con plena responsabilidad espiritual, con gratitud, con honra, y bendiciones. Pienso que se debe buscar una solución con todo lo que hoy en día se está viviendo y encontrar caminos para reconciliar nuestras diferencias, y vivir en armonía con respeto y amor incluyendo a quien piensa, sienta o actúa diferente.
ResponderEliminarHoy en día se han perdido muchos los valores lo cual hace que la sociedad se destruya poco a poco. Toda esta situación fue promovida por un gobierno irresponsable que aposto por un “mejor país” que fracaso, lo cual se ve reflejado día a día una crisis inevitable de controlar. Estamos experimentando cambios sociales de modo apresurado, todo esto nos afecta como sociedad la cual nos hace vivir en un país lleno de incertidumbres; donde cada día hay tanta carencia, no tenemos oportunidades de superación; donde muchas personas han tenido que partir de su país para tener una mejor calidad y estabilidad de vida. Si todos tomamos conciencia, nos unimos y trabajamos por un mejor cambio, Venezuela fuera otra llena de fe y esperanza.
ResponderEliminarNosotros como venezolanos que somos debemos luchar juntos para cambiar nuestro país, de ves de confrontarnos unos con otros, como enemigos, donde todos somos un pueblo. Debemos sacar este gobierno lo cual nos ha traído muchas calamidades, falta de alimentos, medicina, valores etc. Nos ha llevado a matarnos unos a los otros como animales hambrientos, peleando por su presa. Debemos luchar por cambiar a Venezuela, lo cual nos llevara años, no meses ni días. Pero no importa el tiempo lo importante es recuperarla, todo por un mejor futuro, por nosotros, por esos niños que están empezando a vivir y merecen una mejor Venezuela, donde se les imparta muchos valores y donde haya todo lo que nos merecemos.
ResponderEliminardesde que somos república, el venezolano ha vivido una decadencia cultural que ha afectado de forma bastante negativa el desenvolvimiento del ambiente político, no es casualidad encontrarnos seguido con un politiquero de oficio así como tampoco lo es que entremos muy a menudo en una crisis, cada una peor que la otra
ResponderEliminarel gobierno siempre será reflejo del pueblo, por eso para que este mejore, la correccion debe hacerse internamente, pues una democracia no será nunca posible si no entendemos que no se trata de que el pueblo elija a su líder, se trata de que el pueblo unido asuma el liderazgo del pais
Gracias a las diferentes formas de pensar del ser humano, hoy día muchos viven en confrontaciones, y se debe a las diferencias en las ideologías políticas, estos no toman en cuenta que vivimos en un mismo país. En Venezuela principalmente se han perdidos los valores que son el pilar fundamental del ser humano entre estos están: El amor, El respeto (que es uno de los más importantes), La humildad, la Amistad y pare de contar.
ResponderEliminarHoy día, en el país se necesitan personas en el gobierno que de verdad tengan un solo propósito, el cual, sería un gran cambio para nuestro maravilloso país. Tenemos que trabajar todos unidos como Grandes Venezolanos, y tomar en cuenta que todos somos hermanos y que prácticamente nos afectan las mismas cosas (Falta de alimentos, medicinas, artículos personales y más).
Ciertamente nuestro país esta no sólo en una crisis económica sino institucional. Definitivamente si existen los valores en las individualidades y no en sus representantes y protectores que están en las instituciones quienes los han probablemente guardado en un recóndito lugar u olvidado para siempre.Si existimos personas que apostamos por la sensatez, seguir a una caravana de descabellados, corruptos y cinicos es ya imperdonable. En verdad se necesita de un cambio y debe ser reflejado principalmente en nuestra constitución, comenzando por la duración del período presidencial. Una persona olvida cual fue su objetivo y función principal al llegar al cargo después de pasar años y años en el poder. se va arraigando como una mala hierba.
ResponderEliminarCiertamente nuestro país esta no sólo en una crisis económica sino institucional. Definitivamente si existen los valores en las individualidades y no en sus representantes y protectores que están en las instituciones quienes los han probablemente guardado en un recóndito lugar u olvidado para siempre.Si existimos personas que apostamos por la sensatez, seguir a una caravana de descabellados, corruptos y cinicos es ya imperdonable. En verdad se necesita de un cambio y debe ser reflejado principalmente en nuestra constitución, comenzando por la duración del período presidencial. Una persona olvida cual fue su objetivo y función principal al llegar al cargo después de pasar años y años en el poder. se va arraigando como una mala hierba.
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