Hay más respuestas sin
preguntas que preguntas sin respuestas. Condicionados a tener que ver solo lo
aparente, muchas veces perdemos de vista la parte más importante de cuanto nos
pasa por delante. Atar cabos y ver un asunto desde la raíz es un ejercicio
intelectual que no podemos dejar de lado. De esos asuntos que nos pasan por el frente,
podemos obviar cosas elementales, como las circunstancias que los produjeron. No
tratar de entender un problema en toda su dimensión solo perpetuará el
problema.
De un lado para otro
Los fenómenos de migración
masiva siguen marcando el siglo XXI. Si los elementos que obligan a salir a las
personas de sus orígenes para tratar de buscar nuevos destinos se mantienen,
entonces las personas seguirán migrando. De ahí que los intentos por tratar de
resolver algunos asuntos pareciera que no tuviesen mucha contundencia.
Simplemente la raíz de la cuestión no se está modificando. Entonces el problema
se perpetúa. Para hacerme un desayuno, salgo a un supermercado en Santiago de
Chile o en Mendoza, Argentina y en el pasillo de las harinas conseguiré más variedades
de maíz precocido para hacer arepas que las que se podían conseguir en
Venezuela en sus mejores tiempos. La migración es un fenómeno de conquista
cultural de un pueblo que se incrusta en otro. También es un negocio redondo.
Harina de maíz precocida y
personas
Las personas que emigran
llevan consigo los elementos que los identifican como grupo cultural. Este contraste
y esta manera tan depurada de entender la identidad de un país tiene su versión
más descarnada en el migrante. Producto de sucesivas olas migratorias, de
Venezuela partieron empresarios, profesionales, gente trabajadora, familias
empobrecidas que escapan del hambre y maleantes. Ese conglomerado, que es el
interior y el exterior de la ropa que nos ponemos, se aprecia de manera esquelética
al migrar. Todo migrante es un soldado de la supervivencia y si no se entiende
de esa manera, poco podemos hacer para ponernos en el lugar del desplazado y
plantear posibles soluciones a su dinámica.
Planeando aviones, recorriendo
caminos
Me voy unos días a Argentina y
veo que en sus calles se celebra la llegada y permanencia de venezolanos
trabajadores que son un empujón al potencial desarrollo de este país. En
Uruguay los venezolanos son mayoritariamente gente con ansias de trabajar, con
gran profesionalismo y deseos de superación. Lucen más adustos que los propios
uruguayos. Así podríamos ir de país en país, porque en cualquier parte del
mundo hay un venezolano de los ocho millones que tuvimos que salir de ese país
fallido. Tierra de gracia caída en profunda desgracia. Una amiga me llama desde
Finlandia, otra desde Holanda. El mundo es del tamaño suficiente para que
quepamos todos. A fin de cuentas, nos lo machacan hasta el infinito, migrar es
un derecho. No es justo renunciar a él.
Estilos de vida, clases
sociales
En los denominados procesos
revolucionarios, una ideología desplaza a la manera como usualmente se pensaba.
Las utopías llevan a potenciales y grotescas distopías que se van haciendo
realidad. Un sistema de gobierno se pone en lugar de otro y una clase social es
sustituida. En esa modificación de clases sociales, las menos favorecidas serán
más empobrecidas, los ricos mayoritariamente se irán y los que se quedan
formarán un híbrido de ricos con los que vayan emergiendo en el nuevo sistema
de gobierno. La clase media, tradicionalmente el corazón de una sociedad y
motor principal de una nación será desplazado por otra, con distintas expectativas
y una ética y una estética que la definirá. Para muchos, quedarse en Venezuela
era igual a pasar una muy larga temporada en el infierno. Otros pudieron
adaptarse y seguir adelante pese a las vicisitudes.
Migraciones por minuto
El asunto de los grandes
fenómenos migratorios es interesante por muchas razones. A mi juicio, porque es
muy obvio que se podía prevenir, hubo un momento en que se pudieron hacer cosas
para facilitarla sin el trauma que ha generado en muchas personas y a mi parecer
lo más curioso fue que: Era totalmente visible que la estampida de venezolanos
se iba a dar de la manera como se dio. Los gobiernos poco previsivos que
miraron la desgracia venezolana y voltearon la mirada a otra parte, son
copartícipes de un asunto que pudo ser manejado mejor. Son muchas las voces que
lo advirtieron y ya es tarde. A efectos de poder dar con la solución de un
problema hay dos posibilidades. Algunos problemas son en realidad soluciones,
pero eso no lo vemos en el momento que tratamos de analizarlo. La abultada migración
venezolana ya ha transformado parte de la identidad de los países a donde ha
llegado y así seguirá siendo. Esperemos que la gente de buena fe y mejores
intenciones, que es la gran mayoría de venezolanos, logre por su cuenta lo que
nadie hará por ellos. Eso es lo que deseo para mis compatriotas y para mí
mismo.
Publicado en varios medios de
comunicación a partir del 19 de junio de 2023.