Trino
José Baptista Troconis ha publicado un libro titulado Mi psicoterapia con Schopenhauer. Una historia fabulada, la cual
invita a reflexionar sobre temas que son de enorme interés. Es notable que en
la Venezuela convulsionada del siglo XXI, aparezcan textos creativos,
ingeniosos, que demuestran que a la par de las revueltas y las confrontaciones,
numerosos venezolanos siguen apostando por el cultivo de las ideas y el libre
pensamiento.
Arthur
Shopenhauer (1788-1860) doctor en Filosofía de la universidad de Berlín, es
abordado por Baptista a través de dos honorables títulos con los cuales “tradicionalmente”
se le conoce: Primero, ser el filósofo pesimista por excelencia. Segundo, ser
el “psicólogo” de la voluntad. Este último calificativo se plantea, por la
relevancia que tiene Shopenhauer para aquellos que se dedican a los asuntos de
la mente, como los psiquiatras y los psicólogos. La voluntad, para Shopenhauer
es la esencia del universo y se manifiesta como el ímpetu de vivir -para los
seres vivos- y de existir -para los fenómenos inanimados-.
En
la primera parte de la obra, Baptista explica cómo Shopenhauer se convierte en
terapeuta y luego, durante veintisiete sesiones, asiste a un paciente llamado
Xiforralla, cuyo motivo de consulta es el sufrimiento que le genera el amor de
una mujer. La terapia es cortada de manera abrupta debido a la necesidad de
Shopenhauer de abandonar la ciudad como consecuencia de una epidemia de cólera
en la cual ¡incluso Hegel había muerto de la infección!
Años
después el paciente le escribe una serie de cartas a Shopenhauer, quien
finalmente le responde, dando acuse de recibo de las comunicaciones recibidas.
Una genial chanza ontológica que deriva en una muy profunda e inmaculada
disertación sobre la ética, con la cual Trino Baptista alcanza el punto más
elevado de su propuesta.
Para
muchos de quienes nos hemos dedicado a los estudios filosóficos, pareciera que
todo aquello que concierne a nuestra presencia se relaciona con dos elementos
sin los cuales no es posible la vida en sociedad. El primero, obviamente es la
política, por ser el brazo operativo de cualquier posibilidad de transformación
social, pero el segundo, es de una extensión y posibilidades de crear
apasionamiento que pocas disciplinas son capaces de generar y me refiero al
estudio de la ética. Pareciera que el mundo es una calle ciega que
inexorablemente nos lleva a plantearnos los asuntos propios de la existencia
desde el plano filosófico que llamamos ética.
¿Nacemos
buenos, malos o neutros? se pregunta Baptista, respondiendo esquemáticamente y
con la siguiente fórmula a las ideas que finalmente resuelve: de la obra del
Inglés Thomas Hobbes (1588-1679) podemos extraer la propuesta de que todos
nacemos malos y la sociedad tiene el deber de civilizarnos. El también inglés
John Locke (1632-1704) propuso la idea de que nuestra mente nace como una tabula rasa, dispuesta a recibir lo que
sea (bueno o malo) y sin ninguna predisposición hacia uno de los extremos, lo
cual constituye las bases del movimiento llamado “empirismo”. Luego el suizo
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) propuso una idea contraria a Hobbes: los
humanos nacíamos buenos (somos nobles salvajes) y la sociedad nos corrompió,
creándose en torno a esta serie de premisas que conocemos como romanticismo; a lo cual Baptista suma el
precepto agustiniano según el cual la voluntad no es libre, sino que se halla
originariamente sometida a la propensión hacia el mal.
Pero
Baptista va más allá de los postulados clásicos que ventila la filosofía en
relación a los asuntos concernientes a la ética y en su obra realiza un
maravilloso ejercicio intelectual propio del pensamiento complejo, para hacer
su propuesta acerca de la ética. Hace uso de varios recursos: desde las
neurociencias y el neodarwinismo hasta la teoría de los juegos como instrumentos
para comprender la compasión, el egoísmo y el altruismo, en una conjunción sumatoria
de aproximaciones sucesivas hasta dar con una serie de conclusiones sobre el
eje central de su libro.
¿De
dónde surge una personalidad como la de Baptista? Literalmente es hijo de la
Universidad Autónoma venezolana, la cual actualmente se halla en un momento
asfixiante. Un espacio al cual muchos debemos tanto, esperando seguir
cosechando frutos.
Ganador
del Premio Nacional de Ciencias Lorenzo Mendoza Fleury en el año 2013, Baptista
no sólo es uno de los investigadores más importantes de Venezuela a través de
su perseverante trabajo en los laboratorios de Fisiología de la Universidad de
Los Andes y sus múltiples trabajos publicados en importantes revistas
nacionales e internacionales, sino que en este libro expone una visión de la
vida en la cual muestra su dimensión científica en conjunción con su vertiente
humanística. Médico psiquiatra estudioso
de los fenómenos propios de la mente, en Schopenhauer.
Una historia fabulada, percibo lo más elevado de su producción intelectual.
Publicado en el diario El Universal de Venezuela el 27 de junio de 2017.
Ilustración: @Rayilustra