26 de junio de 2016
** No hay discurso que valga, no hay
acción que pueda con nuestras creencias y por ello el poder que reside en cada
venezolano siempre se impondrá
Jorge Villet Salas
Ansiedad. La ansiedad (del latín anxietas,
‘angustia, aflicción’) es una anticipación involuntaria de un daño o desgracia
futuros, que se acompaña de un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos
de tensión. Es una sensación o un estado emocional normal ante determinadas
situaciones y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones
cotidianas estresantes.
Ansiedad. ¿Cuántas veces hemos
escuchado esta sensación en los venezolanos durante los últimos tiempos?
Muchas, quizá. Es el producto de variables que intervienen en el ciudadano y
producen este estado emocional.
Alirio Pérez Lo Presti, es Médico
Cirujano (ULA), Psiquiatra de la Escuela José María Vargas (UCV), Curso Medio
en Salud Pública (ULA), Magister Scientiae en Filosofía (ULA), Doctor en Filosofía
(ULA), escritor y profesor de la ULA. Hablamos de la ansiedad, del discurso, de
la psiquis del venezolano de hoy.
Un nivel intenso de
ansiedad
Fue claro al señalar de entrada que
“el nivel de ansiedad, en Venezuela, es cada vez más intensa y lo vivimos todos
los venezolanos sin excepción, independientemente, del grado de poder que
tienen las personas”, para hacer referencia a la presencia de pacientes en su
consulta “yo que soy médico y tengo mis pacientes que van a la consulta la
razón por la cual están yendo, en la actualidad, es porque ni siquiera
consiguen los medicamentos básicos para poder manejar su patología mental con
todo lo que ello significa, desde cuadros depresivos hasta descompensaciones
psicóticas, crisis epilépticas hasta el suicido, que hemos visto”.
Precisó que la sociedad venezolana
está muy vapuleada con un discurso político muy severo “que nos aflige a todos
pero, que sin duda, está en permanente cambio”, para aseverar que, de acuerdo a
los hechos se viven momentos cruciales a partir de los cuales mucha gente va a
tomar decisiones personales porque siente que la posibilidad de activar, o no,
el Referendo Revocatorio es definitorio.
Sin embargo indicó, con mirada de
médico en el diván, “yo insisto siempre que la vida no es una telenovela, donde
hay un capítulo final como tal”, para subrayar que la dinámica política no
tiene forma de paralizarse pues a la par de la activación del Referendo
Revocatorio, simultáneamente, se están dando otros procesos políticos.
Entonces, sostuvo, “me parece que hay
todo un movimiento en Venezuela que, a pesar de lo que uno puede vivir
actualmente en la desesperanza, las colas, la inseguridad y todo lo mal que
tiene nuestro país sigo apostando por el hecho de que son cambios propios de la
dinámica social y que tarde o temprano el sentido mínimo común, que es algo que
tienen los seres humanos, se tiene que activar en todo y producir resultados
positivos”.
Existe un discurso soez,
procaz
un discurso
maléfico
Uno de los elementos que activan la
ansiedad, complementando los hechos hartos conocidos de la vida diaria y
doméstica, es el discurso. En este sentido, Pérez Lo Presti, hace un análisis
del mismo y de su incidencia.
“Si yo fuera miembro del Gobierno y
tuviera mucho temor de perder mi cargo por las consecuencias que trae la
pérdida del poder tal vez podría entender porque existe ese discurso que,
obviamente, es planificado, elaborado, que lo repiten de forma simultáneamente
infinidad de miembros del aparato de Gobierno, que uno lo escucha por distintos
voceros y que cuando uno se pone a ver es el mismo lleno de intimidación” para
que de forma inmediata lo llenara de adjetivos diciendo que es “un discurso
soez, procaz, que busca descalificar al ciudadano y que va directo a disminuir
la autoestima y cuando uno entiende que es un discurso planificado, creado por
laboratorios de guerra psicológica, obviamente, financiado por el aparato del
Estado con el fin de garantizar su permanencia en el poder, entonces uno lo
entiende que es un discurso hecho para quebrarnos emocionalmente”.
¿Cómo responder a ese discurso? De
acuerdo al Psiquiatra “uno trata de que a través de la templanza y la serenidad
mínima, que tenemos los seres humanos, y apegarnos a nuestro sistema de
creencias, a ese sistema valorativo humano es posible que no nos quebremos
frente a un discurso que realmente es bestial y tiende a desestructurar a
cualquier persona, por más dura que sea”.
Sobre el discurso aseveró que se trata
de un discurso, sin duda, maléfico, en ocasiones hasta siniestro que busca descalificar
al individuo y minimizarlo en una cosa muy básica que es acabando con la
autoestima, para inducir la desesperanza y con ello hacer sentir que hay un
callejón sin salida en el cual no hay solución, es apostar el desgaste
emocional de las personas.
Terminó diciendo, sobre este tema, que
el problema es que esos discursos, a la larga, no fluyen y muchas veces
producen el efecto contrario pues de alguna manera es jugar con fuego y no
permitir que la población tenga las válvulas de escape. “Ahora mismo se está
dando algo muy interesante, pues la misma Constitución prevé el voto pero si
usted es Socialista Ortodoxo no cree en el voto, entonces lo uno o lo otro,
pero las leyes dicen que el voto existe, entonces tarde o temprano los
mecanismo de activación de las decisiones del pueblo a través del voto se
tendrá que imponer”.
Finalmente dijo, Alirio Pérez Lo
Presti, que independientemente en la posición en la cual se esté “si en
Venezuela no hay un cambio de Gobierno de alguna manera estamos atrapados en una
situación que no nos va a permitir progresar como personas y como país. Por
ello “yo le sugiero a la gente, en general, que se activen en la participación
política”.