lunes, 28 de marzo de 2016

FREDDY PARRA: El futuro de Venezuela

FREDDY PARRA

CONCURSO DE ARTÍCULO DE PRENSA

PARA ESTUDIANTES ULA



El futuro de Venezuela

En el astrofísico de Llano el Hato, se percataron de un extraño cuerpo dirigiéndose al planeta tierra. Por lo que el científico Anacleto inicio de inmediato las pesquisas, creando  con ingenio venezolano, un robot inteligente para tomar una muestra física en el espacio y luego devolverla a tierra para examinar exhaustivamente... Ocurriendo así  y luego de agotadoras semanas de estudio, Anacleto aseveró que se trataba de una enorme semilla vegetal, que caería al norte de Suramérica, en nueve meses.

No se sabía el impacto de tal semillota. Venezuela, principal afectada entró en crisis, reinando la angustia y la desesperanza, originándose más caos del que había. Pasaba el tiempo y la semilla se acercaba aún más, mientras muchos venezolanos preferían migrar, causando el mayor éxodo de la historia. Y aunque varios fueron los intentos por derivar la semilla y así salvar a los desamparados, todo fue en vano.

El día llegaba, la gente lucía resignada y en medio de un país precario se esperaba lo peor, pero algo asombroso pasó. La gigantesca semilla cayó acompañada de una fuerza de voluntad, sobre la corteza terrestre emanando un perfume que cambiaría el ser y actuar venezolano. Como era natural destruyó mucho. Destruyó todo lo malo, como el parque de los pecados, la plaza de la escasez, el puente de la injusticia, entre tantas otras obras íconos del país. La semilla de 912.050km2 tras el impacto se multiplicó en millones, inundando todo el territorio nacional y la conciencia ciudadana. La semilla fue bautizada la semilla de la esperanza.

Era el inicio de una nueva época, el científico Anacleto tomó una de tantas semillitas, y encontró  en la célula pluricelular un núcleo de Dios todo poderoso, vacuolas misericordiosas de Jesucristo, un citoplasma divino del Espíritu Santo, además compuesto por orgánulos de sabiduría, honestidad y responsabilidad. Recubierta de una pared celulosa de fe y amor.

En un progreso lento las semillitas fueron creciendo hasta formase en espectaculares lirios tricolores, gracias al riego constante de todos los venezolanos. Reverdeciendo así  otros lirios como el turismo, el deporte, el lirio de la producción nacional…

Así pues, floreció el futuro de Venezuela. Convirtiéndose en el lirio más bonito radiante e inmarcesible del planeta. Anacleto después  dijo que ese lirio solo pudo haber germinado en Venezuela, ya que para ello se requería de un suelo rico en nitrógeno que solo se encontraba en el estiércol de la crisis de aquel país. 



Freddy Parra es estudiante de Educación mención Educación Física, Deporte y Recreación

Twitter: @Parrafreddy1 


EL JURADO DECIDIÓ LA PUBLICACIÓN DE ESTE TEXTO 
EN VERSIÓN DIGITAL POR SU ELEVADA CALIDAD


LUIGI DI BIASE: El futuro de Venezuela

LUIGI DI BIASE

CONCURSO ARTÍCULO DE PRENSA

PARA ESTUDIANTES ULA


Nos vemos obligados una vez más a preguntarnos qué futuro nos depara. Realmente es casi imposible predecir, con un grado de confianza suficiente, lo que la vida nos ha de poner en el camino. El futuro es probabilístico, es incierto, y depende de muchos factores dinámicos que pueden modificarlo; he allí la dificultad en su predictibilidad. Sin embargo ¿realmente estamos preocupados por nuestro futuro?

Durante mucho tiempo, la sociedad venezolana decidió aceptar soluciones cortoplacistas a los problemas que la agobiaban; esas soluciones ilusorias y transitorias, eran más fáciles, requerían de menos esfuerzos y sacrificios que un verdadero cambio en la estructura social que condujera a una resolución de los conflictos de manera duradera. Los acontecimientos históricos de Venezuela, desde los tiempos en que era Capitanía General, pasando por la consolidación de la República y llegando a nuestros días, han sido escritos con sangre. Guerra de Independencia, Guerra Federal, guerra entre caudillos locales, tensiones sociales, Golpes de Estado y revoluciones demagógicas. La ausencia de una estabilidad institucional, de reglas del juego claras, ha sido determinante.

No existe futuro sin presente. Es en el día a día donde se construye el futuro. Hoy se piensa en futuro porque es evidente el empobrecimiento masivo que ha llevado a la decadencia a nuestro sistema de convivencia, donde opera la ley del más fuerte o simplemente ninguna ley, ni hay respeto por la misma vida. Pero la pobreza es la ausencia de capacidades con las que una persona puede cubrir las necesidades humanas fundamentales. No se deja de ser pobre cuando se tiene que comer o donde dormir hoy, se deja de ser pobre cuando se tiene la capacidad para suplir por sí mismo esas necesidades y esto solo se logra con trabajo duro.

Los problemas de Venezuela hoy no es que haya escasez de alimentos o medicamentos, inflación o delincuencia. El problema esencial que afronta, no la patria o la nación, sino la sociedad venezolana, es la incapacidad de actuar en contra de lo que ha provocado todo esto. La pasividad con la que se ha permitido que el populismo, el clientelismo y cualquier otra forma de corrupción que quiera mencionarse, haya casi desaparecido los principios de Libertad y Justicia, imprescindibles para un régimen democrático, es el verdadero problema.

El futuro se construye en el presente, con nuestros actos. Si cambiamos nuestra actuación de hoy, cambiaremos seguramente nuestro futuro.

 

Luigi Di Biase es estudiante de Economía y Estadística

 

Twitter: @Luigidibiase

 

EL JURADO DECIDIÓ LA PUBLICACIÓN DE ESTE TEXTO 

EN VERSIÓN DIGITAL POR SU ELEVADA CALIDAD

domingo, 27 de marzo de 2016

MIGUEL RIVEROS: El futuro de Venezuela

MIGUEL RIVEROS: 
GANADOR DEL CONCURSO DE ARTÍCULO DE PRENSA 
PARA ESTUDIANTES ULA



El futuro de Venezuela

Al sentarnos ella me sugirió que pidiéramos un brownie con helado, yo lo acompañaría con un café y ella con una botella de agua. Fue entonces cuando surgió una pregunta habitual, que se me ha presentado con frecuencia desde hace al menos dos años, “¿te irías al extranjero?”

Yo le dije que no estaba en mis planes hacerlo, que me encantaría visitar y conocer otras naciones, pero que sentía la necesidad de quedarme. Siempre es difícil argumentar esta respuesta, y este caso mucho más, pues mi acompañante ya había visitado cerca de 12 países, y me contaba lo gratificante de su experiencia.

Hacerse adulto ha sido un reto en esta coyuntura que vivimos, sobre todo cuando las expectativas son altas, y siempre han de serlo si te propones llegar lejos. Esto lo digo a mis 24 años, sentado frente a un computador que no pagué y viviendo en una propiedad que solo me pertenece por herencia.

Uno de mis lemas más característicos es “en este país te puedes enamorar todos los días”, pero allí la palabra enamorarse no solo se refiere a un atractivo físico hacia una potencial pareja, pues te puedes enamorar de un paisaje, de una amistad, de un vínculo familiar, de un empleo, de una institución, y por supuesto, de una persona. Sin embargo, enamorarse no es suficiente, pues el amor no te da para ser independiente y para nuestra realidad actual, la independencia se ha convertido en una odisea. Y es precisamente esa necesidad de independencia, lo que seduce a los migrantes jóvenes, que literalmente han huido de la sensación de fracaso que nos produce la inestabilidad socioeconómica. Leía hace tiempo una frase muy apropiada para describir esto último, rezaba “irse de Venezuela, es como terminar una relación aun estando enamorado.”

Yo estoy enamorado, no del país entero sino de mis montañas merideñas, de mi aire, de mi cultura, de mi responsabilidad como ciudadano de esta nación, de la gente que te demuestra que un país no lo representa una minoría, de las ilustres personalidades que marcan nuestro pasado histórico... Y es un amor aterrador, agobiante, agotador, es una lucha constante entre el rechazo y la aceptación de las circunstancias.

Si Venezuela tiene un futuro, solo podemos construirlo aquellos que amamos la tierra que pisamos todos los días, aquellos que podemos sacrificar nuestro bienestar por los demás, aquellos, a los que nos preocupa más el país en el que vivirá nuestra descendencia, que este en el que vivimos ahora.


Miguel Riveros es Estudiante de Educación mención Lenguas Modernas. 




Twitter: @Rivoch

Hacer la tarea



Suena el reloj a las 4:45 de la mañana. En medio del verano, anoche no paró de llover ni un momento. Una garúa ininterrumpida hizo que durmiese con mayor placidez. Monto el café, enciendo el computador,  reviso las principales noticias de los diarios y respondo varios correos. Termino de leer a mis columnistas preferidos y por la disciplina que implica el practicar montañismo, hago una rutina de ejercicio de lunes a viernes; de lo contrario no podría pasar ni la primera loma. Salgo y me enfrento al tráfico de la mañana, esquivo a los motorizados e intento no machucar los pedazos de vidrio por los restos de las botellas de las protestas nocturnas. A las siete estoy dando la primera de mis clases.

Ya en el cubículo, leo todos los días como si tuviese que presentar un examen. Luego escribo, ya sea para la prensa, por alguna investigación en proceso o sigo en la faena de terminar un nuevo libro. A finales de la mañana estoy dando clases de nuevo y luego paso a asesorar alguna tesis.

Suena la alarma, me voy a  almorzar con mi esposa, hago siesta y me preparo para seguir en la brega. El día apenas comienza una vez que pasa el mediodía. 

Se me acerca un estudiante a despedirse. Dice que va a dejar la Universidad para dedicarse al “bachaqueo”. De una vez aprovecha y me ofrece artículos para la higiene personal, lo cual me preocupa inicialmente. Hace meses que dejé de usar desodorante. – Insiste en que no ando pestilente, sino que es el negocio que más lo puede lucrar entre quienes tienen que lidiar diariamente con otras personas. Un apretón de manos y cada quien sigue su camino. El último café es el de las cuatro de la tarde. Varios profesores me preguntan por qué he tardado en irme de Venezuela. Me quedo callado y pienso en el par de ofertas que me han hecho desde el exterior: Migrar, irse, una idea que funciona como anclaje para no ser desbordado por la desesperanza.

Igual no dejo de trabajar y cumplir con mis ocupaciones lo mejor que puedo. Varias personas que presentan trastorno bipolar me esperan al final de la tarde. Estoy terminando un trabajo de investigación acerca de “bipolaridad y estilos de vida”. Es la continuación de una línea de investigación que comencé en el ya lejano 1998 y que tantas gratificaciones me ha dado. Trato de servirle lo mejor que puedo a mis pacientes, pues se trata de un asunto de vocación que me reconforta conmigo mismo. Bien es sabido por quienes cultivamos la disciplina médica como opción de vida, que se es médico en todo momento. La falta de medicamentos en el país me obliga a forzar la creatividad y ninguno de mis pacientes se puede ir con las manos vacías.

Recibo una llamada telefónica de un país vecino. Se trata de una entrevista radial para que señale mi opinión sobre mi país. Me impresiona lo aburrido que debe ser la vida de tanta gente a nivel mundial que nos ve o como fetiche de inspiración o como personas caídas en desgracia a las cuales hay que estudiar. “El caso venezolano” es foco de atención de los principales centros de estudio del mundo. Desde lo psicológico hasta lo politológico. Respondo atropelladamente y con un dejo de aburrimiento a las preguntas mientras veo cómo dos motorizados atracan a un par de ancianos.

Cada vez que presencio un atraco, siento que todas las personas se quedan paralizadas, incluso yo. Una vez que se van los atracadores me acerco al abuelo quien sangra por la cabeza. Resulta que lo conozco. Alguna vez lo vi por encontrarse deprimido. Le coloco un pañuelo en la herida para detener la hemorragia y le doy ciertas indicaciones. No amerita puntos de sutura. – “Vio doctor, no es mentira, la situación del país ya no se aguanta”. Me despido con un abrazo.

Enciendo la radio y una joven “experta en crecimiento personal” que hace años iba a mi consulta da consejos acerca de cómo hacer para que nuestras vivencias negativas puedan ser aprovechadas para obtener resultados positivos. Insiste en que se trata de fructificar la oportunidad de convertir lo negativo en logros. “Es cuestión de actitud”, sentencia. Cambio de inmediato la emisora y las opciones son reducidas. Entre “reguetón” y “raspacanillas” prefiero la segunda opción, total que bastante lo bailé cuando vivía en El Vigía.

Me entrompo con el tráfico y me llaman para recordarme que tengo una conferencia a las ocho de la noche. Llego puntual y el tema no podía ser más apropiado: “Los mecanismos de defensa del Yo”. Hago énfasis en “la negación”. De cómo nos las ingeniamos para pasar por ciegos, ser ciegos o hacernos los ciegos ante lo que nos circunda. Es una defensa mínima sin la cual la el desaliento nos comería desde los tobillos. Respondo las preguntas de rigor y me retiro a tiempo para cenar con mi esposa.

A las diez y cuarto de la noche  el sueño me atrapa. El colchón me pincha, tal vez un resorte fuera de lugar. Antes de dormir le pregunto a mi señora –“¿En cuánto estará un colchón nuevo?” –“Duerme tranquilo”, me responde – “Mañana averiguo”.
  


Twitter: @perezlopresti   




Publicado en el diario El Universal de Venezuela el 21 de marzo de 2016          

miércoles, 23 de marzo de 2016

El discurso de Obama en Cuba




Buenas tardes Presidente Castro, al gobierno y al pueblo de Cuba. Gracias por la bienvenida que me ha extendido; a mi familia y a mi delegación. Por más de medio siglo, ver a un presidente de los Estados Unidos aquí en Cuba era impensable, pero este es  un nuevo día. Es un nuevo día entre nuestros países.

Mi esposa Michelle y yo trajimos a nuestras hijas, y por cierto, ellas no siempre quieren ir con nosotros porque son adolescentes ahora. Tienen amigos de vuelta en casa y cosas que hacer, pero ellas querían venir a Cuba porque ellas sabían que queríamos mostrarles la belleza de Cuba y de su gente.

Nos emocionamos al ver los cubanos que nos recibieron ayer sonriendo y saludando cuando veníamos del aeropuerto. Agradecimos la oportunidad de poder conocer la vieja Habana y de comer la excelente comida cubana. La visita a la Catedral nos recordó de los valores compartidos y de la profunda fe que sostiene a tantos cubanos y estadounidenses, y también me dio la oportunidad de expresarle mi agradecimiento al Cardenal Ortega, quien junto con su santidad el Papa Francisco, hicieron tanto para apoyar la posibilidad de que hubiera mejores relaciones entre nuestros gobiernos.

Esta mañana tuve el honor de rendirle tributo a José Martí, no solo a su papel en la independencia cubana sino también a las profundas palabras que escribió y expresó apoyando la libertad en todas partes.

Traigo conmigo los saludos y la amistad de los estadunidenses, y de hecho en este viaje vinieron conmigo 40 miembros del Congreso; demócratas y republicanos. Esta es la delegación más grande que ha habido en mi presidencia y eso muestra la emoción y el interés que hay en Estado Unidos con respecto el proceso que estamos llevando a cabo. Estos miembros del Congreso reconocen que nuestra nueva relación con el pueblo cubano es de interés para ambas naciones.

También estoy acompañado por algunos líderes empresariales y emprendedores que están buscando nuevas relaciones comerciales que crearán vínculos y oportunidades de trabajo para cubanos y estadunidenses.
Me complace especialmente estar acompañado por muchos cubanos americanos en este viaje. Para ellos, y para los más de 2 millones de orgullosos cubanos americanos, este es un momento que está lleno de emoción. Desde que facilitamos los viajes entre nuestros países, más cubanos americanos están viniendo a casa. Para muchos este es un momento de nueva esperanza para el futuro.

Así que presidente Castro, le quiero dar las gracias por la cortesía y este espíritu de apertura que ha demostrado durante nuestras conversaciones. En nuestra reunión en Panamá el año pasado, usted dijo que estamos dispuestos a hablar acerca de todo, así que con su comprensión hablaré un poco más de lo usual.

El presidente Castro siempre bromea conmigo acerca de lo largos que pueden llegar a ser los discursos de los hermanos Castro, pero puede ser que está vez me extienda un poco más que usted; con su permiso. Tenemos que ponernos al día en más de medio siglo de trabajo.

Nuestro acercamiento creciente con Cuba se rige por un objetivo principal que es avanzar en los intereses mutuos entre ambos países, lo que incluye mejorar las vidas de nuestra gente, tanto de los cubanos como de los estadounidenses. Por eso estoy aquí.
He dicho reiteradamente que después de más de cinco décadas muy difíciles, la relación entre nuestros gobiernos no se va a transformar de la noche a la mañana.

Continuamos, como el presidente Castro indicó, teniendo unas serias diferencias, incluyendo la democracia y los derechos humanos. El presidente Castro y yo hemos tenido unas conversaciones francas y honestas sobre estos temas.

Estados Unidos reconoce el progreso que Cuba ha hecho como nación, incluyendo logros extraordinarios en educación y salud. Y quizás lo más importante -afirmo- es que el destino de Cuba no va a ser decidido ni por Estados Unidos ni por ninguna otra nación.

Cuba es soberana y tiene todo el derecho a tener gran orgullo en esto.

El futuro de Cuba será decidido por los cubanos y por nadie más.

Al mismo tiempo, al igual que hacemos cuando viajamos a cualquier parte del mundo, dejé claro que Estados Unidos seguirá hablando en nombre de la democracia, incluyendo el derecho de los cubanos de decidir su propio futuro.
También lo haremos en favor de los derechos humanos universales y el derecho de expresión y culto. De hecho, mañana nos reuniremos con líderes de la sociedad civil cubana.

Pero el presidente Castro también abordó lo que él considera como deficiencias que puede haber en los Estados Unidos con relación a las necesidades básicas del pueblo, la inequidad, la pobreza y las relaciones raciales.
Y nosotros acogemos con beneplácito cualquier diálogo que sea constructivo, pues pensamos que cuando compartimos nuestras ideas y creencias más profundas con una actitud de respeto mutuo podemos aprender y mejorar la vida de nuestros pueblos.

Parte de la normalización de las relaciones implica que hablemos de nuestras diferencias de manera directa y me complace que hayamos acordado que nuestro próximo diálogo de derechos humanos Cuba-Estados Unidos será aquí en la Habana este año y ambos países recibirán la visita de expertos independientes de las Naciones Unidas mientras continuamos combatiendo el tráfico de personas que coincidimos en considerar una violación flagrante de los derechos humanos.

A pesar de hablar acerca de nuestras diferencias, pensamos que podemos progresar en las áreas que tenemos en común. Presidente, usted dijo en Panamá que quizá estaríamos en desacuerdo en algo hoy, pero mañana podríamos estar de acuerdo en eso mismo; y eso ciertamente ha sido el caso en los últimos 15 meses y en los días que precedieron a esta visita.

Hoy puedo decirles que seguimos avanzando en muchos frentes cuando estamos verdaderamente normalizando las relaciones. También estamos facilitando que haya más oportunidades para los estadounidenses para viajar a Cuba a interactuar con los cubanos.

Durante el último año un número creciente de norteamericanos ha llegado a Cuba. Esta semana dimos la aprobación para que individuos estadounidenses pudieran venir en viajes educativos. Aerolíneas norteamericanas empezarán vuelos comerciales directos este año y con el anuncio de seguridad portuaria de la semana pasada, eliminamos un obstáculo mayor para los cruceros y servicios de ferry.

Esto quiere decir que en los próximos años podremos tener más americanos que podrán viajar y apreciar la increíble historia del pueblo cubano.

Estamos avanzando con más comercio. Con solamente 90 millas que nos separan, somos socios comerciales naturales. Entre otros pasos que dimos la semana pasada, permitiendo que el dólar estadounidense se pueda usar más libremente en Cuba, al permitir que los cubanos usen más libremente el dólar en sus transacciones internacionales y que los cubanos en los Estados Unidos puedan devengar salarios. 

Eso va a generar más oportunidades para el surgimiento del comercio y empresas conjuntas. Acogemos con beneplácito el importante anuncio que hubo acerca de que se piensa poner fin al gravamen del 10% del dólar lo que dará lugar a mayor comercio y viajes.

Estos son pasos que darán más apertura y profundizarán nuestros lazos. Con esta visita, también acordamos nuestra cooperación en la agricultura para apoyar a nuestros agricultores y ganaderos. Esta tarde, durante el encuentro con los empresarios hablaré sobre los nuevos acuerdos comerciales que están haciendo las empresas norteamericanas.

Entonces, mientras sigo pidiendo al Congreso que se levante el embargo comercial, también hablé con el presidente Castro acerca de los pasos necesarios para permitir que haya más empresas conjuntas y que las empresas extranjeras puedan contactar directamente a los cubanos.

Estamos avanzando con nuestros esfuerzos para poder conectar a más cubanos al internet y a la economía mundial. Bajo el presidente Castro, el objetivo de Cuba es llevar a los cubanos en línea. Esta tarde hablaré sobre los pasos adicionales que estamos haciendo para ayudar a los cubanos a innovar y a hacer negocios en línea porque en el siglo XXI ningún país puede tener éxito si sus ciudadanos no tienen acceso a internet.

Estamos avanzando con más intercambios educativos y gracias al apoyo de la comunidad cubana americana puedo anunciar que mi iniciativa “100 strong in the Americas” va a ofrecer nuevas oportunidades para que estudiantes cubanos estudien en el exterior y también tendremos más estudiantes norteamericanos en Cuba. Tendremos más becas y, en alianza con el gobierno cubano, tendremos más clases de inglés para los profesores cubanos, tanto en línea como presenciales.

Y mientras los cubanos se preparan para la llegada de los Rolling Stones, nosotros seguimos con más eventos e intercambios que impulsarán los acercamientos entre ambos pueblos.

Estamos entusiasmados con el partido de mañana entre los Tampa Bay Rays y el equipo nacional de Cuba. Hasta eso, estamos avanzando con sesiones en salud, ciencia y medio ambiente.

Igual que los equipos americanos y cubanos trabajaron conjuntamente en Haití contra el cólera y en África contra el ébola, -y quiero felicitar a los medios cubanos que aceptaron tomar esta tarea tan difícil para salvar vidas en África occidental con nosotros y otras naciones- nuestros profesionales americanos también trabajarán en otras áreas como previniendo la inseminación del virus zika y encabezando nuevas investigaciones en vacunas contra el cáncer.

Nuestros gobiernos también trabajarán de la mano para proteger los hermosos océanos de esta región que compartimos y también como países amenazados por el cambio climático pienso que podemos trabajar en proteger a nuestras comunidades en zonas costeras bajas. Estoy invitando a Cuba y a nuestros socios en el Caribe y Centro América para que vengan a la cumbre regional de energía esta primavera en Washington.

Finalmente, quiero hablar sobre nuestra cooperación en seguridad nacional; estamos trabajando para mejorar en nuestra coordinación en orden público particularmente contra narcotraficantes que amenazan a ambas naciones. Quiero agradecer al presidente Castro y al gobierno cubano por facilitar las conversaciones de paz entre Colombia y las FARC, y permanecemos optimistas de que los colombianos puedan llegar a una paz justa y duradera.

A pesar de que no pudimos profundizar en el tema, sí hablamos acerca de  Venezuela pues pienso que toda la región tiene interés en un país que está afrontando sus retos económicos y que responde a las aspiraciones de su pueblo y que es fuente de estabilidad en la región. Pienso que es un interés que todos debemos compartir.

Nuevamente, presidente Castro le quiero agradecer por recibirme y justo decir que Estados Unidos y Cuba están participando en más áreas de lo que se he visto en mi vida. A medida que pasan los días más estadounidenses están viniendo a Cuba; más empresas, escuelas, grupos religiosos, están trabajando aquí para forjar las alianzas con los cubanos. Más cubanos están beneficiando de las oportunidades que va a aportar este viaje al comercio traerá.

Como usted ha indicado, el camino a seguir no será fácil. Afortunadamente, no tenemos que nadar en medio de los tiburones para lograr los objetivos que usted y yo hemos planteado. Como dicen en Cuba, “echar para adelante”. A pesar de las dificultades seguiremos avanzando. Nos concentramos en el futuro. Tengo plena confianza en que si mantenemos este camino podremos brindar un futuro que sea mejor y más brillante para los estadunidenses y para los cubanos.



Muchas gracias.





La Habana 22 de marzo de 2016





Fuente: 

http://polisfmires.blogspot.com/2016/03/barack-obama-el-discurso-de-cuba.html

miércoles, 2 de marzo de 2016

Umberto Eco




El siglo XX tuvo dos personalidades que influenciaron la forma de pensar de grandes multitudes. Ambas figuras se vincularon con causas de carácter político y se envistieron de un discurso y un proceder atinente a la filosofía que habría de ubicar nuevamente a esta disciplina literalmente en un pedestal. 

Estos dos grandes hombres de pensamiento fueron Bertrand Russell y Jean-Paul Sartre, considerados por muchos como los últimos representantes de la idea de que había una especie de Papa filosófico y un Papa católico. De manera consensuada, Bertrand Russel y Jean-Paul Sartre fueron “los Papas del pensamiento”.


A la par de la existencia de estos dos hombres de ideas que servían de ancla para desarrollar una opinión en relación a los distintos sucesos que ocurrían en el orbe, la Iglesia Católica reflejaba la imagen de que en su seno también existían dos Papas. Por una parte se encontraba el Papa que era electo por el Colegio cardenalicio y por otra, dado el poder que tuvieron los Jesuitas en el seno de la iglesia, su Padre General era considerado el Papa negro (en parte lo del color era por las sobrias sotanas oscuras en contraste con la vestimenta blanca del Sumo Pontífice). En el siglo XXI, con el Papa Francisco, la figura del Papa oficial y el Papa negro (el jesuita) se unifican y desaparece la dualidad que se había mantenido por varios siglos. 

Luego de la muerte de Jean-Paul Sartre desaparecieron los Papas de la filosofía. Pero si tuviésemos que señalar un hombre de pensamiento que preservase la concepción del “humanista total”, este sería a mi juicio Umberto Eco. Es por esta razón que la muerte de Eco el reciente 19 de febrero reviste tanta importancia.


La desaparición de figuras de este nivel, obedece, entre otras razones, a un hecho que para Eco fue objeto de estudio y es el desmesurado avance  de los medios de comunicación masivos y el triunfo de la inmediatez. Es célebre la posición de Eco en relación a las redes sociales, siendo muy conocida la entrevista dada al diario La Stampa.

Tuve la fortuna de conocerlo en Mérida, la ciudad en donde vivo. Eco sostuvo una conversación con el legendario Juan Félix Sánchez que dejó registrada para la historia en un magnífico artículo de prensa, en el cual Eco señala el deslumbramiento que le produce la plática con el artista. El texto de Eco sobre Juan Félix Sánchez está tan bien escrito y posee tal belleza, que conozco por lo menos media docena de escritores que con frecuencia copian el contenido, señalando con festividad que lo hacen: “A ver si se me pega algo”.

Umberto Eco es probablemente el último hombre de pensamiento cuya posición ante los distintos hechos propios de nuestro tiempo eran escuchados con atención por enormes grupos de gente a la par de importantes centros de estudio.

Con su muerte, el Papa Francisco adquiere un liderazgo que trasciende lo espiritual, porque el vacío dejado por los hombres de pensamiento ha sido sustituido por el liderazgo de un hombre de fe. No es casual que veamos al Papa Francisco participando en las negociaciones que acercaron a Cuba y Estados Unidos en el plano político y comercial, instancias aparentemente distantes de Dios.


Los referentes intelectuales son y han sido una constante en la historia de la humanidad. Desde Platón hasta Eco, el hombre de pensamiento es un modelo de poder porque como señala Francis Bacon el conocimiento, el saber, es un poder. En el caso de los intelectuales con capacidad de generar credibilidad en grandes grupos, este poder ha sido puesto al servicio de múltiples causas, desde el pacifismo hasta las negociaciones de carácter económico.

El vacío que deja una larga tradición de grandes referentes humanos como Umberto Eco es presentemente ocupado por una sola personalidad, que es el actual Obispo de Roma porque no es propio de las dinámicas sociales que el vacío se salga con las suyas. Sin embargo, que una figura religiosa, apegada al dogma sea el único referente de credibilidad para la humanidad no es saludable. Es imprescindible que surja un contrapeso que retome la tradición que iniciaron Platón y los hombres de la Academia, para quienes la defensa de las más disímiles formas  de pensamiento es el eje y el sentido de sus procederes.

Con el resurgimiento de los fanatismos y las guerras religiosas, el intelectual en el sentido clásico griego (un cuestionador de cuanto le circunda), es una necesidad cuya ausencia ha creado un singular desbalance. Es casi una rareza, pero así como ha habido una larga tradición en la cual la razón y la fe se han hecho contrapeso a través de la metáfora del Papa filosófico y el Papa católico, así mismo la civilización necesita de la presencia de hombres de pensamiento que creen armonía en relación a la manera de interpretar el mundo. Si se menoscaba la presencia del pensamiento, terminará por apoderarse del sentimiento colectivo la religiosidad dogmática y la barbarie de las actuales y retorcidas interpretaciones religiosas.

                                                                                             


Twitter: @perezlopresti
  



Publicado en el diario El Universal de Venezuela el 29 de febrero de 2016